«Visitaciones», un poema de Fina García Marruz

Fina García Marruz

Foto de Fina García Marruz.

 

Los inicios de Josefina García Marruz (La Habana, 1923) o más conocida por el hipocorístico de «Fina», estuvieron marcados por pertenecer a la generación de poetas isleños liderados por José Lezama Lima que colaboraron con la revista Orígenes, la que quedó plasmada en la antología Diez poetas cubanos (1948), a cargo de su futuro esposo Cintio Vitier (1921-2009). Además de García Marruz y del mismo Vitier, formaron parte de ella autores como Ángel Gaztelu, Virgilio Piñera, Justo Rodríguez Santos, Gastón Baquero, Elíseo Diego, Octavio Smith y Lorenzo García Vega.

Entre sus publicaciones en poesía se encuentran Poemas (1942), Transfiguración de Jesús en el Monte (1947), Las miradas perdidas (1951), Visitaciones (1970), Viaje a Nicaragua (1987), Créditos de Charlot (1990), Los Rembrandt de l’Hermitage (1992), Viejas melodías (1993), Nociones elementales y algunas elegías (1994), Habana del centro (1997). El conjunto de su obra ha sido recogido en distintas épocas bajo los títulos de Antología poética (1997), Poesía escogida (1999), Obra poética (2008), El instante raro: antología poética (2010) y ¿De qué, silencio, eres tú, silencio? (2011).  También, es reconocida en su tarea como ensayista en Bécquer o la leve bruma (1971), Hablar de poesía (1987), La familia de «Orígenes» (1997), entre otros.

En 1961 obtuvo un doctorado en Ciencias Sociales por la Universidad de La Habana, al año siguiente se integró como investigadora a la Biblioteca Nacional de Cuba. Entre 1977 y 1987 laboró en el Centro de Estudios Martianos, donde formó parte del equipo de académicos que preparó las Obras completas de José Martí. En esta misma veta, probablemente es una de las mayores especialistas en la obra de su compatriota, al punto que ha aportado con una importante bibliografía como ensayista en textos como Los versos de Martí (1968); Temas martianos (en coautoría con Cintio Vitier, 1969); Temas martianos, segunda parte (1982); Textos antimperialistas de José Martí (1990); Temas martianos, tercera serie (1993) y Darío, Martí y lo germinal americano (2001).

Entre los reconocimientos que ha obtenido constan el premio a la Crítica literaria en Cuba (1987), el Premio Nacional de literatura de Cuba (1990), Premio Nacional de Investigación Cultural (2005), Premio de Poesía Iberoamericana Pablo Neruda (2007) el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2011) y el Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca (2011).

Para Vitier, su compañero de toda la vida, existen tres temas fundamentales en torno a los cuales se cimenta la poética de García Marruz: «la intimidad de los recuerdos, el sabor de lo cubano y los misterios católicos».

Pese a que en su juventud estuvo influida por dos figuras capitales de las letras iberoamericanas de su tiempo como Juan Ramón Jiménez (quien por esos años vivió dos años exiliado en Cuba) y José Lezama Lima, la poeta reconoció en una entrevista que fue su contemporáneo Gastón Baquero el autor que más contagió su obra, tal como ocurre en los poemas del libro Visitaciones (1970): «A mí casi toda la poesía de Gastón me impresionó mucho y casi todas las partes de mi mejor libro de versos están muy influidas realmente por él». No obstante, la poesía de García Marruz alcanza vuelo propio en la poesía mística, en la que halló la cantera con la que confeccionar algunos de los textos más estremecedores que ha producido la poesía cubana en ese registro.

El poema «Visitaciones» forma parte del libro del mismo nombre, el cual es considerado el más destacado de su obra. El texto, marcado por un profundo intimismo, muestra la versión más acabada de uno de los temas centrales para la autora al reconstruir la infancia con elementos vertebradores como el hogar como símbolo de refugio, en el que cada gesto, cada muestra de cariño, cada puerta que se abre constituyen una aglomeración de estímulos por los que la memoria vuelve a vivir, transformando la realidad a través del recuerdo, de un fragmento nítido a algo palpable por un último brote de evocación.

El texto que ponemos a disposición de vosotros forma parte del libro ¿De qué, silencio, eres tú silencio? (2011), publicado por Ediciones de la Universidad de Salamanca en ocasión del XX Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.

       Visitaciones

………………….1

Cuando el tiempo ya es ido, uno retorna
como a la casa de la infancia, a algunos
días, rostros, sucesos que supieron
recorrer el camino de nuestro corazón.
Vuelven de nuevo los cansados pasos
cada vez más sencillos y más lentos,
al mismo día, el mismo amigo, el mismo
viejo sol. Y queremos contar la maravilla
ciega para los otros, a nuestros ojos clara,
en donde la memoria ha detenido
como un pintor, un gesto de la mano,
una sonrisa, un modo breve de saludar.
Pues poco a poco el mundo se vuelve impenetrable,
los ojos no comprenden, la mano ya no toca
el alimento innombrable, lo real.

………………….2

Uno vuelve a subir las escaleras
de su casa perdida (ya no llevan
a ningún sitio), alguien los llama
con una voz querida, familiar.
Pero ya no hace falta contestarle.
La voz sola nos llama, suficiente,
cual si nada pudiera hacerle daño,
en el pasillo inmenso. Una lluvia
que no puede mojarnos, no se cansa
de rodear un día preferido.
Uno toca la puerta de la casa
que le fue deparada a nuestras manos
mortales, como un tímido consuelo.

………………….3

El que solía visitarnos, el que era
de todos más amado, suave vuelve
a la sala sencilla, cada día
más real y más leve, ya de humo.
¿Cuándo tocó la puerta? No podemos
recordarlo. Estaba allí, estaba!
Y no se irá jamás ni puede irse.
No nos trae la memoria las palabras
del adiós. Sólo podrá volverse
por la puerta de un ruido, de un llamado
de ese mundo que borra, ignora y vence.

………………….4

¿Qué caprichosa y exquisita mano
trazó, eligió ese gesto perdurable,
lo sacó de su nada, como un dios,
para alumbrar por siempre otra alegría?
¿Participarás tú del dar eterno
que dejaste la mano humilde llena
del tesoro? En su feliz descuido
adolescente ¿derramaste el óleo?
¿Qué misterio, fue el tuyo, instante puro,
silencioso elegido de los días?
Pues ellos van tornándose borrosos
y tú te quedas como estrella fija
con potencia mayor de eternidad.

………………….5

Y cuando el tiempo torna impuro su rostro,
una vida que amamos en su hora
cierta de dar, por siempre más reales
que su verdad presente, lo veremos
cuando lo rodeaba aquella lumbre,
cuando el tiempo era apenas un fragmento
de un cuerpo más espléndido, invisible.
Todo hombre es el guardián de algo perdido.
Algo que sólo él sabe, sólo ha visto.
Y ese enterrado mundo, ese misterio
de nuestra juventud, lo defendemos
como una fantástica esperanza.

………………….6

Y lo real es lo que aún no ha sido!
Toda apariencia es una misteriosa
aparición. En la rama de otoño
no acaba el fruto sino la velada
promesa de ser siempre que su intacta
forma ofreció un momento a nuestra dicha.
Pues toda plenitud es la promesa
espléndida de la muerte, y la visitación
del ángel en el rostro del más joven
que todos sabíamos que se iría antes
pues escogía el Deseo su sonrisa nocturna.

………………….7

A aquel vago delirio de la sala
traías el portal azul del pueblo
de tu niñez, en tu silencio abríase
una lejana cena misteriosa.
Cayó el espeso velo de los ojos
y al que aguardó toda la noche abrimos.
Partía el pan con un manto de nieve.
Con las espaldas del pastor huiste,
cuando volviste el rostro era la noche,
todo había cambiado y sin embargo
en la granja dormían tranquilas las ovejas.

………………….8

……………………..¿No sentías que ardía tu corazón
………………….cuando nos hablaba de las Escrituras?
………………………….(Los peregrinos de Enmaús)

Huésped me fue palabra misteriosa.
Huésped es el que viene de muy lejos,
de algún pueblo que nunca habremos visto.
Huésped es el que viene por la noche,
toca la aldaba de la puerta y todo
el umbral resplandece como nieve.
Huésped es quien se sienta a nuestra mesa
sólo por una noche, y no se acierta
sino ya a oír lo que su boca dijo.
Huésped es el que alegra con su rostro,
y alumbra con sus manos nuestro pan
y no logramos recordar su nombre.
Huésped es el que ha de partir, al alba.

………………….9

……………………..There ir a wind where the rose was
………………………………..WALTER DE LA MARE

Oh vosotras, lámparas del otoño,
más fragantes que todos los estíos!
¿Por qué ha de ser aquel que devenimos
con el tiempo, más real, menos efímero,
que aquel que fuimos a tus luces pálidas?
¿Por qué el polvo desierto, la agonía
junto a las armas bellas, quedan sólo
del resplandor de la victoria? Lejano
es todo vencimiento. En otro espacio
sucede, más allá del moribundo
rostro que hunde la gloria y deja ciego
junto al viento que lleva las banderas
espléndidas que huyen. Fiera es toda victoria.

………………….10

……………………..Amigo, el que yo más amaba,
…………………………….venid a la luz del alba.

Cómo ha cambiado el tiempo aquella fija
mirada inteligente que una extraña
ternura, como un sol, desdibujaba!
La música de lo posible rodeaba tu rostro,
como un ladrón el tiempo llevó sólo el despojo,
en nuestra fiel ternura te cumplías
como en lo ardido el fuego, y no en la lívida
ceniza, acaba. Y donde ven los otros
la arruga del escarnio, te tocamos
el traje adolescente, casi nieve
infantil a la mano, pues que sólo
nuestro fue el privilegio de mirarte
con el rostro de tu resurrección.

………………….11

…….Since I have walk’d with you through shady lanes…
…………………………………………………………..KEATS

¿Quién no conoce ese sendero en sombras,
ese continuo hablar, interrumpiéndose
el uno al otro amigo, en el gozoso
diálogo hasta la puerta de la casa,
servida ya la cena? ¿Quién no escucha
las nocturnas pisadas en la acera
tornarse más opacas al cruzar por la yerba
que nos trae al amigo, al bien llegado?
¿A quién, ya tarde, no le cuesta mucho
despedirse y murmura generosos deseos,
inexplicables dichas, bajo los fríos astros?

………………….12

……………………..…qui laetificat juventutem meam…

Sólo vosotras, bestias, claros árboles,
podéis seguir! Mas, eterno es el hombre.
Salvaje privilegio de la muerte,
heredad sólo nuestra, mientras derrama el astro
su luz sobreviviente sobre ese rostro altivo
de ser fugaz, junto a los ciclos fijos,
y ese verdor, eterno! Se fue yendo
la gloria de los rostros más amados,
y tornamos, como ola ciega, al tiempo
del cuerpo incorruptible que esperaste
y no pudimos retener, llorando
en la perdida lámpara, las voces,
lo que encuentro creímos y es partida.
Oh lo real, el mundo en el misterio
de nuestra juventud, que nos aguarda!
Nos ha sido prometida su alegría.
Nos ha sido prometido su retorno.
Eres lo que retorna, oh siempre lo supimos.
Pero no como ahora, amigo mío.

3 comentario en “«Visitaciones», un poema de Fina García Marruz”

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