«El hueso de la gaviota», un poema de Joaquín Giannuzzi
Joaquín Giannuzzi (Buenos Aires, 1924 – Salta, 2004) actualmente es considerado uno de los poetas más influyentes de la poesía argentina. Paradójicamente, vivió una vida discreta, en los márgenes de la tradición literaria de su país, pese a que en los inicios de su trayectoria, -a los 34 años-, sería reconocido por el influyente sello editorial Sur.
Entre de las décadas del cincuenta y ochenta se dedicó al periodismo en diarios como Crítica, a la par que desarrollaba su carrera literaria.
Aunque es difícil situarlo en una generación, por su año de nacimiento y la época que vivió su nombre suele estar acompañado por los de Alberto Girri (1919), Roberto Juarroz (1926), Leónidas Lamborghini (1927), Juan Gelman (1930) o Paco Urondo (1930).
Sus textos están compuestos por una aparente cotidianidad, en la que conviven elementos que pocas veces adquirirían el valor que alcanzan en la poesía de Giannuzzi, de resonancias propias e intransferibles, fuera de los tradicionales recursos retóricos plasmados esta vez con ideas concretas.
Su obra está marcada, de alguna forma, por aquellos versos del texto «Poética» que dicen: «Poesía es lo que se está viendo», gracias a lo cual deja registro de su desencanto y una sensación de fracaso, a los que siempre retorna para reflexionar sobre ellos.
Cabe destacar la temática ecológica que subrayan varios de sus poemas como «Basuras al amanecer», «Congreso mundial sobre la contaminación», «Detenido bajo la lluvia» o «Proyecto de apocalipsis» en su libro Señales de una causa personal (1977).
La totalidad de su poesía está compuesta por los libros Nuestros días mortales (1958), Contemporáneo del mundo (1962), La condiciones de la época (1967), Señales de una causa personal (1977), Principios de incertidumbre (1980), Violín obligado (1984), Cabeza final (1991), Apuestas en los oscuro (2000), ¿Hay alguien ahí? (2005) y Un arte callado (2008). Entre los premios con que fue distinguido constan el Municipal (1980), Nacional de Literatura (1992) y Esteban Echeverría (1993).
El poema «El hueso de la gaviota» que incluimos en esta publicación, pertenece al más influyente libro del poeta argentino, como es Señales de una causa personal (1977). Este texto está incluido en Antología poética (2006), editado por Visor.
El hueso de la gaviota
Breve y liviano sobre la playa, aéreo
el último hueso de la gaviota
aguarda la disolución en manos de los elementos.
No está previsto un accidente
que modifique la situación.
El sólido cuerpo del planeta
también espera,
pasivamente espera y con dulzura
el retorno del hueso a su garganta.
Cincuenta millones de años
contra unas semanas de vuelo.
No hay injusticia en la proporción
sino confianza y un pulido equilibrio
entre el agua, el viento y la temperatura solar.
Y allí de pie, el poder humano,
buscando en el cielo un agujero
donde meter la cabeza y si es posible
una eternidad independiente
de uso privado y esqueleto eterno.
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