Poemas para una generación atormentada y adormecida

Escribe | José Jurado Morales


No mires atrás, Orfeo (2024) de José Salento

Editorial: Averso (2024)
Nº de páginas: 56
ISBN: 978-84-10027-23-7
Autor: José Salento
Idioma original: Español

 

El sello Averso, cuyo catálogo acumula nombres mayúsculos de la poesía en español, ha editado en marzo de 2024 No mires atrás, Orfeo de José Salento. Al margen de la novela Luciérnagas en la ciudad (2018), se trata de su segundo libro de poemas, publicado una década más tarde que Entre el salitre (2013), lo que manifiesta un ritmo lento de escritura y una falta de ansiedad por publicar.

Hay algo de ellos en esta nueva entrega, pero, a la par, la formación continua de su autor se hace notar y le da una dimensión más madura y comprometida. La licenciatura en Humanidades por la Universidad Pablo de Olavide, el máster de Estudios Literarios y Teatrales de la Universidad de Granada, el doctorado en Filología Hispánica por la Universidad de Cádiz, la docencia en varias universidades españolas y las estancias de investigación en distintas instituciones italianas han ido conformando la solidez intelectual de un poeta que escribe con conciencia de la tradición literaria y del sistema literario español. Prueba refutable de ello se encuentra en su ensayo La semántica del poder (2020). De un modo u otro, toda esa experiencia académica y vital se trasluce en No mires atrás, Orfeo, como atestiguan los versos «Recuerdas que ahora solo soy/ un viejo profesor abdicado/ de la literatura y su extrañamiento,/ un poeta muerto en el tedio/ con una brújula en el bolsillo/ que señala con cierta insistencia/ siempre hacia el sur».

José Salento ha entregado un libro breve, compuesto por catorce poemas, y cuidado al detalle. El título general se apropia del título del poema de apertura y es el mismo verso que pone fin al libro, en un intento claro de dotar al conjunto de estructura cíclica y cerrada. No mires atrás, Orfeo pone al lector ante el personaje de la mitología griega y, en consecuencia, lo enfrenta al dilema del síndrome de Orfeo, o sea, al problema existencial de la obsesión persistente, la dependencia emocional de la creatividad y la necesidad de mirar atrás y buscar lo que se ha perdido.

Esa referencia mitológica le sirve al escritor para enlazar con su vida personal y su presente generacional. Pues, lo que pudiera parecer un prurito culturalista en el título pronto cobra otro significado al llegar a la dedicatoria inicial, que abre un escenario poético de tono combativo: «Para aquellos que llevan/ la revolución en los ojos,/ la sangre en las manos y/ la esperanza en la garganta». De forma que el autor recurre en No mires atrás, Orfeo a los juegos alegóricos y las menciones mitológicas —el laberinto de Minos, el hilo de Ariadna, el Minotauro, la Ítaca de Ulises, Calíope, Apolo, etc.— para proponer una lectura ética, social y política del mundo actual. Justamente, la riqueza culturalista evita que estemos ante unos poemas panfletarios, de factura previsible y facilona. Todo lo contrario. Estamos ante una composición equilibrada entre la exigencia literaria y el compromiso político.

El objetivo último que se deduce de la lectura apunta al deseo del autor de dar voz a la gente de su tiempo, a sus coetáneos, a una generación que considera atormentada y adormecida en la medida en que no tiene resortes adecuados y efectivos para escapar de los efectos del capitalismo. No en vano, el subtítulo del libro reza Canción para una generación adormentada en un juego brillante de palabras. En consecuencia, sus versos animan a que reflexionemos sobre cómo los asuntos públicos presentes quedan mediatizados por la ideología neoliberal y cómo esta sociedad capitalista merma la capacidad del individuo para construir un mundo propio basado en la libertad y la igualdad de condiciones.

Este es el estado de la cuestión y el punto de partida desde el que escribe los poemas. Sin embargo, y esto ya se percibe en la dedicatoria inicial, no transmite un discurso resignado. Cada poema consiste en una forma estética y política de hacer ver al lector que no todo está perdido, que no mire atrás, como Orfeo, sino adelante. La lectura de los poemas no deja lugar para la duda del mensaje. Hay que alejarse del lamento por lo que fue y se esfumó o por lo que pudo haber sido. Hay que seguir combatiendo, sin claudicación y convencidos de que merece la pena morir de pie. Hay que evitar el desvanecimiento definitivo del nosotros. Hay que tener esperanzas en la rebeldía contra lo impuesto y lo determinado por el pensamiento capitalista. Hay que recurrir al arte y a la poesía como vía de escape, como plataforma de protesta y como sistema de evasión mental.

Los versos del poema «Tambores de tripa de cuero» compendian el sentido del libro: «No hay sitio para los hijos de las musas/ en un mundo enfermo de cinismo,/ no hay sitio para los vástagos divinos/ en una sociedad embrutecida y cegada./ Aun así, en el fondo de la caja/ se hace fuerte la Esperanza,/ y los dedos, porción distal de/ la Humanidad,/ siguen enhebrando/ la canción de la Historia,/ y cantan, ya al alba, una nueva,/ pero no última, derrota./ Suenan tambores de tripa de cuero».

Esto es José Salento y esto lo que ha pretendido en No mires atrás, Orfeo: seguir dando guerra contra la deriva del mundo occidental a través de la poesía.

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