«La enfermedad» y otros seis poemas de Hanni Ossott
Hanni Ossott (Caracas, 1946—Ibídem, 2002) fue una poeta venezolana, autora de más de una decena de poemarios en los que la lucidez, paulatinamente, se fue asimilando con tal grado de coherencia y de despojo como en muy pocas ocasiones se ha visto en nuestra lengua. En esencia, la perdida a temprana edad de su madre produjo un desgarro fundacional en ella que, a medida que avanzaba el tiempo se tradujo en un vacío que sólo alcanzaría desfogue en el espacio de un lacerante ejercicio de dualidad entre cuerpo y alma, vida y obra, mito y legado. En consecuencia, a casi dos décadas de su partida, su obra debería ocupar un lugar esencial dentro de la poesía latinoamericana del siglo XX, aun así, apenas se conoce a través de la red.
De la misma manera, sorprende que, en España apenas se ha editado un título de su autoría, como sucedió hace casi dos décadas con la antología Canto de penumbra (2004), en la desaparecida Reverso Ediciones. Mientras que, por medio de la venezolana Bid & Co Editor también circularon los volúmenes de Poemas selectos (2004) y Obras completas (2008). En la misma época Monte Ávila publicó en su país Antología poética (2006). En tanto, es imposible hallar una reciente edición que ajuste cuentas con una producción poética de las dimensiones que alcanzó la de Ossott.
Los poemarios que publicó en vida fueron Espacios para decir lo mismo (1974), Formas en el sueño figuran infinitos (1976), Espacios en disolución (1976), Memoria en ausencia de imagen/ Memoria del cuerpo (1979), Espacios de ausencia y de luz (1982), Hasta que llegue el día y huyan las sombras (1983), Plegarias y penumbras (1986), El reino donde la noche se abre (1987), Cielo, tu arco grande (1989), Casa de agua y de sombras (1992) y El circo roto (1993). Al tiempo que, como ensayista dio a conocer Imágenes, voces y visiones (1987) y tras su fallecimiento se editó Cómo leer la poesía (2005).
Ossott fue docente de literatura por 15 años de la Universidad Central de Venezuela, antes de lo cual había hecho estudios en su ciudad natal, con estancias en Atenas y Londres. Además, fue traductora de D.H. Lawrence, Rainer Maria Rilke , Emily Dickinson, entre otros. Asimismo, recibió el Premio de la Bienal José Antonio Ramos Sucre (1972), el Premio Municipal de Literatura Mención Prosa, (1987) y el Premio CONAC de Poesía (1988).
Los poemas de Ossott que hemos elegido provienen de los libros Hasta que llegue el día y huyan las sombras (1983), El reino donde la noche se abre (1987), Casa de agua y de sombras (1992) y El circo roto (1996).
Frontera
.
.
Viene del cuerpo
.se derrama
.se expande desde el interior hacia fuera
.como mares agitación pulsa
Viene del cuerpo y es fiebre y ardor
.Incendia invade colma
.quiebra barcos raja puentes instaura escombros
.Imperceptible
.brote inaugural
.lento
.asciende, crece, se riega .el fondo abismal
.la casa de la Bestia
.el cuerpo del alma haciendo cuerpo.
Viene del cuerpo
.cópula de mis volcanes y mi lava con la Tierra
.boda violenta
.beso de mi fuego al fuego del mundo
.derrame de Naturaleza
.inundación
.ruptura de la cárcel
Y la Bestia crece en habla extraña
.en violencia de dique y cerco
.honda, ardiente
.como nacimiento y muerte
.¿Qué habita allí?
.¿Qué lo movido?
Dotaré de un nombre a esas remociones
.diré de su habla en delirio
.construiré un dique de palabras vigorosas
.palabras playa y costa y puerto
aplacaré a la bestia a fuerza de umbrales sensitivos
.acariciaré al monstruo
.lo llamaré toro, acaso tempestad…
.rueda y ruedo
.extremo de la fiesta
.jolgorio de los efluvios del ser
.ardor .muertes
.torrente .renovación
En el mar del Sur de mi cuerpo .el centro
.los muros que contienen la otra memoria
.la reserva de lo innumerable
.la riqueza plutónica
Viene del cuerpo
.como espectáculo desarticulado .irrumpe
.Quiebra los órdenes de mi escena la sangra
.escancia mis vinos .las reservas desangra
.Quiere allí
.Quiere ganar espacio y señorío
.Quiere y es anhelo
Desde la revuelta de mis mares furiosos
.agolpado
he escuchado el lamento hecho voracidad
.Carnal
.vibrante
lanza la conexión entre el corazón de mares y lagos exteriores
.y lo que está más acá de mis muros
.Y así vincula .enlaza
.coloca en los bordes
.tensa el arco de los limites
Ah pantanos, ah aguas estancadas
.ah ardor de mar que las inunda y las limpia
.tiñendo de rojos
.abrasando cuenco y cántaro
ah yunta del animal en prisión
.ay mis aguas y mi sangre
.trazando el dibujo abierto
. la inmensa red .desigual
.— Cómo temo.
Llega del cuerpo y es lo sin rostro
.no la sombra
.no un padre
.apenas la coja bestia cansada
.Es sangre multiforme
.sangre aventurada
.surtidor en cuyo origen hierve el agobio
Y pasa y se instala
.en los Reinos
.en los espacios donde rige mando y autoridad
.porque comanda bajos fondos
.despropósitos .marginalidades
.zonas rojas
.equívocos
Ah corazón de la tierra en llamas
Ah .centro .del .cuerpo .hálito .respiro .de .la .bestia combustión alma
Ah boda del fuego del alma y el fuego de la tierra
.—Cómo reverencio
En las casas de los que saben, encendida está la tea
.la llama sagrada .el tributo
en esas casas sabias,
.el secreto altar
.no devoto
.no irreflexivo
.atento a los desbordes
Sobrepasa el mar, invade el viento, excede la furia de la Bestia
.ataca
.sin invitación
.lleva hambre de cuerpo y es Erinia.
.Instauradora de la otra justicia
.desquiebra y construye
.acomoda
.ajusta
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.Octubre, 1981
.
De Hasta que llegue el día y huyan las sombras (1983)
Narciso, el río
.
.
De extremo a extremo de toda infinitud
.el río
.las corrientes
.la invisible fuerza
y con el río las hebras, los hilos
.los entretejidos y los separados
.los que apenas se tocan entre torrente y fluir
El río es un arco
El río es un círculo abismándose en un centro
El centro es un espejo
Mi lugar es el chorro, el impulso y la caída
.—el único lugar, por cierto, el único
El chorro es conglomerado,
.unanimidad de carnes y respiraciones
El chorro es la presencia.
Cada hebra cada hilo de agua cada filo de luz
.incesantes
.transcurren
hablan el único lenguaje, el único susurro inscrito
.entre hebra y hebra
.entre el corazón de hilo de agua
.y de filo de luz
Soy la palabra del río
llevo en mí los hilos, los filones de luz, todas las presencias.
Mi cuerpo es un registro, una memoria
Mi tarea no es mía.
Cada hilo se cumple en el impulso
cada hebra es la ley que obliga a fluir
.«¿adonde vas? ¿adonde vas?»
.«¿y tú el más lejano a mí, adonde vas?»
.Voy de la presencia a la presencia, sin fin
.Propago el chorro, difundo el dibujo
.realizo esa memoria.
Llevo en mí dos incisiones, dos fisuras
ellas me conectan al río, a la circularidad
Ambas duelen.
Tiendo con repudio y ansia hacia ese dolor, y tú y los otros,
por él me vinculo al odio, a la sangre
por él quiebro apariencias,
el teatro, las bambalinas, la rigidez de los gestos,
por él me separo de las hebras y de los hilos de luz
para ser todos los ríos de la esfera
y el centro que retiene la circularidad.
Soy la raja que se piensa en el centro
soy la fisura que es centro amándose a sí mismo
Mi impulso es la memoria de la raja
la repito incesante, la difundo, hago presencia.
Duele el pensamiento, duele la carne que se piensa
Duele el espacio vacío que vincula a los otros, a lo otro
la infinita abertura que soy
el inabordable fondo que conduzco
el centro de la esfera en cuyo entorno gira el río
el río pensado por el centro .abismándose
Todas las formas de amor de las hebras de luz y de agua
aman abismarse en esta concavidad
ella, la raja, es el río, el espacio que lo permite
y es el espejo y la mirada
y por ella el centro se mira y se propaga
y del cóncavo espejo, Narciso
.amándose
.haciendo río
.reteniendo el andar circular del chorro.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.Londres, Noviembre, 1980
.
De Hasta que llegue el día y huyan las sombras (1983)
La casa, ese depósito de ángeles
.
.
Treinta años para una casa y la ruina sobreviene.
Demasiadas historias se instalan
entre límite y borde
mujeres muertas hombres abandonados
locura, tedios
ebriedades impregnan las paredes
y ellas se escarapelan
pierden piel y salud
porque lo sienten de nosotros
Las casas, las feroces casas erigidas siempre en contra de algo
siempre a pesar
no resisten.
Inclemente el tiempo secreto de la vida las socava,
lentamente, lentamente
llega la tarea de invasión
ni rango ni altivez ni orgullo son perdonados.
Tampoco el amor.
El tiempo de la vida, imperceptible, corroe
ellas se pudren si nuestra atención no atiende
y aún en la atención
mugre, basura, desperdicios
todo un fragor de excrecencias
se eleva
para rendirnos.
En la pared, en un rincón, la fuente de descalabro
la antigua foto, el retrato
vida de una muerta que dicta la poda y la resurrección
al fondo enmarcado
lo que genera angustia, poesía
En ellas los amores se pasean intactos
fieles en la falta y en la ausencia.
Las casas expiden vahos, hálitos
expiraciones de nuestro ser
¡tanto trapo allí, tanta cortina gastada!
cada cosa una imagen ya deforme.
Pasiones, muertes y desangres
cada pérdida se inscribe como dibujo
en paredes y techos
y acumulamos pasado y nos contaminamos.
hasta la fiebre
y hay sin embargo un tiempo para expeler
nos despedimos del recuerdo
de las cosas rotas, queridas
del papel, de la foto
Nos mudamos.
mas no volvemos a llenar
reunimos vastas extensiones de recuerdo.
La pasión no acaba no se silencia
Cada muerto en cada casa es un habitante más.
Opina, decide, señala y rige.
Cada olvidado es una presencia.
Una casa de treinta años es una casa de trescientos años
el mismo bibelot
la misma polvera
un aguamanil, el primer anillo
Nadie ha desaparecido allí y todo está muriendo
sangrando, como una Dolorosa.
Entre la casa y la caja de la cómoda, una identidad
ambas albergan, cuidan residuos
restos imprescindibles
innumerables botoncitos
tarjetas de consuelo
¿y el collar? la herencia…
La casa,
ese depósito de ángeles
todos yertos, todos ya yermos
y sin embargo cantantes.
«Una luna muerta alza siempre la marea.
Un desamor reaviva la llama de otro».
Ella sabe todo de nosotros
lo que seremos, lo que fuimos.
Ángel guardián de sueños y fracasos
de gritos contenidos
Casa virgen, violenta
¿Quién dice adiós a su casa?
¿Quién se despide?
La red nos acecha Casa es enredo y queja
Clavada en el centro del corazón
nos sigue
somos su continuidad, sus rasgos, su carácter
su saber tácito.
Somos albergue, casos, alfombras
pertenencia de otros.
No hay renuncia posible
hay pena, sí
melancolía por lo no elegido
la fuerza de esta sangre que esculpe y da forma
el torrente que nos inscribe
el contra del deseo
la herencia.
«Ay esta pena de ser lo que somos
con una casa a cuestas
sabiendo de una sala, de un pasillo».
porque una vez allí el abrazo se detuvo
o la palabra fue impronunciada
y se mantuvo adentro, contenida, abortada.
y hay una ventana abierta
dispuesta a toda despedida
y hay un cielo abierto, una intemperie
pero rebuscamos en cajones
nos mantenemos en la madeja de su historia
encontramos siempre llaves, tejidos
lo que nos hila y ata
retardamos
aplazamos
Y la casa se repinta y se retoca como un alivio.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.mayo 1984
.
De El reino donde la noche se abre (1987)
La enfermedad
.
.
Una habitación oscurecida
.un padre casi de rodillas
.una hermana guiando de la mano
.sosteniendo, en silencio.
Extraños en torno
.y mi madre,
.yacente, frágil.
Vi sus pies
..vi el movimiento suave de las sábanas
Vi el rostro volteándose
.a desgana de mi
.fatigado.
Ella ya no era mía, era de la enfermedad.
.Yo ya no era de ella.
En torno, el raro y sagrado silencio, ahuecándose, en ese cuarto;
.mi reverencia
.mi contención
.mi asombro
.mi espera
. mi pena
Grises líneas sobre su rostro
..yo no tuve palabras
..no tuve hálito
Pensé quizás que hablándole reviviría.
Y después la soledad se acreció
.infinitamente
para entregar
.nubes, pájaros, el infinito, estrellas.
Por ese tiempo se empieza a escuchar
.desde lo solo.
Vi grietas en las paredes
.árboles altísimos, extraviados.
Y busqué,
.una cosa sólida
.un acabamiento
.una entereza
.un perfil concluso.
Mi ansía carecía de límites
Mi mano dibujaba en el aire vacío una forma.
Anhelaba poseer.
¿Qué?…
Se buscaba en todas partes
.en closets y baúles.
En un baúl hallé un sombrero
.rosado, de ala, de plumas
.bello, elegante.
Era su imagen.
.Luz por él me vino.
Me vi en los espejos, bailé
.bella por ella era
todos sus amores, todas sus pasiones
.sus viajes, sus locuras
.me había sido otorgadas…
.y no era ella
.era también otra
.la que inventé para mí.
Un día abrí una vieja puerta
desde mi pequeñez la vi alta, sagrada, secreta
dentro todo estaba oscuro
un olor unánime, raro, cundía
olores acumulados.
Tuve miedo.
Vi los trajes
los bellos y los cotidianos.
El bello era negro, de gasas, de lentejuelas.
El cotidiano de desdibujada flor
gris y rosado.
Su pasión me llegaba.
Y yo no tenía respuestas.
Todo distante.
Lejano. Inalcanzable.
Ningún traje era ya de mí, sino del moho.
.
.
.
De Casa de agua y de sombras (1992)
La mordida profunda
.
.
Hay una mordida profunda
.incisiva
en el centro de mi sexo
por la cual yo me erijo como yo misma
.y soy,
.y poseo y dono.
.Regalo mi cuerpo y mi ansia.
Hay una mordida en mí
.que doblega al otro
.lo arrodilla, lo inclina
por esa mordida se abre un vasto mar de vacíos
.vértigos
.precipitaciones
.abismos
Me cruza una pendiente
me traza un precipicio
.en el amor…
.y en todas mis secretas junturas
con cuido, con recelo, tú te avienes a mí
.y no me sabes.
.
.
.
De El circo roto (1996)
Poesía
.
.
.A mis alumnos y a Lotti Ipinza,
.cantante de operas y poeta…
Quien vive la poesía, vive la tensión.
El cielo, la tierra, los hombres les resultan extraños.
Calla: aquí vive un Ángel…! un pájaro!
La serenidad y la tormenta conciernen al poeta.
El cielo naranja sobre una colina azul
La sagrada voz del Requiem de Brahms
El plenilunio. La melancolía.
Al poeta le gusta el abrazo
el roce, los besos llenos de licor
y la caricia, la última caricia
.la caricia final
.susurrada
.infinita
¿Qué es ser poeta?
.Llorar.
.Llorar. Infinitamente.
Y escuchar una voz de hombre
.silente y viril
.por su feminidad perdida.
porque la poesía es feminidad.
Y los hombres poetas deben ser femeninos.
.Y las mujeres poetas deben ser masculinas
.Y esta es ley de Dios
.Ley sagrada.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.Abril, 1991
.
De El circo roto (1996)
Por salir del charco
.
.
En algún lugar del mundo
una mujer se sentaba todas las mañanas
a contemplar un viejo edificio.
Y había ventanas, sí
plenas de sombras
hombres, mujeres, monstruos.
Esa casa estaba deshabitada
no había amantes, no.
Sólo aves que a veces cruzaban el horrendo paisaje.
En algún lugar del mundo
.había una lámpara rota
.que no era de ella.
También un diccionario.
Eso no podía resolver su soledad.
Había tres árboles, cuatro árboles
y ruidos, la calle, los automóviles.
En algún lugar del mundo ella
no pudo hablar con quien podría
.ser su amante.
El placer estaba vedado.
Las ambulancias pasaban
El fastidio cundía.
En algún lugar del mundo
ella se detenía
a ver un enchufe
una sofá
una mesa repleta de libros, y de centavos
y al marido: mustio, callado, leyendo…
También había pastillas, muchas pastillas
y un avión que pasaba.
Llevando a gente que sí tenía lugar.
En algún lugar del mundo
.ella rezaba
.por salir
.por salir
.del charco.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.Washington, junio 1990
.Desde la próxima enfermedad…
.
De El circo roto (1996)