Lo que hizo posible Auschwitz aquí regresa. Poema de Julia Otxoa

Julia Otxoa (Donosti San Sebastián, 1953) es poeta, narradora y ensayista, además de artista plástica, cuya creación incluye también la poesía visual y la fotografía. Es colaboradora habitual en publicaciones literarias y medios de información general. Su obra poética es extensa y ha sido incesante desde que publicó su primer poemario en 1978, Composición entre la luz y la sombra. A partir de ahí continuó escribiendo y publicando, sacando Luz del aire, en colaboración con el escultor Ricardo Ugarte (1982), Cuaderno de Bitácora (Premio de poesía Ayuntamiento de Pasajes, 1985), Antología Poética (1988), Centauro (finalista del Premio Carmen Conde, 1989), Leta dei barbari, en edición italiana (1997), La nieve en los manzanos (2000), Al calor de un lápiz (2001), Taxus baccata (2001), Cartas a Mr. Gardner (2002), Gunten café (2004), Taxus baccata (2005), La lentitud de la luz (2008), Poemas de un ratón (2010) y Jardín de arena (2014).

Ya en sus primeros poemas encontramos un hilo vertebrador que ha sido la identificación con la naturaleza, concretamente la que conforma el espacio natural del País Vasco, y esto ha servido de hilo conductor en la evolución de su obra. En sus versos podemos encontrar los ritos y leyendas que alimentan la tradición popular vasca concebidos como canalización del venero de la ficción colectiva. Otra característica de la producción literaria de Julia Otxoa es el humanismo que desprende sus libros y un tajante rechazo hacia cualquier forma de discriminación. Sus versos rezuman compromiso con un ideario de justicia y solidaridad.

El poema que aquí presentamos aparece en la antología Humanismo solidario (2014).


Lo que hizo posible Auschwitz aquí regresa

Lo que hizo posible Auschwitz aquí regresa,
de nuevo el insoportable hedor
de la barbarie cotidiana,
otra vez la muchedumbre de los desamparados,
despojados y desnudos, viajando como ganado
en los oscuros trenes de la muerte.

Violento caballero es don dinero,
esta vez sin armas ni hornos crematorios.
Escribo desde el cansancio
de asistir de nuevo al pasado en este estercolero,
donde cada día, inexorablemente, el monstruo avanza.
Escribo, sí, cansado, pero no rendido
señor enterrador, pero no rendido.


Blog de Julia Otxoa.

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