Seis textos de «Cantar con bestias», ópera prima de Norman Paba Zarante
Norman Paba Zarante (Cartagena de Indias, 1985) es autor de la plaquette de poemas Habitar el Relámpago (Editorial Piedra de Toque – Idartes). Ha recibido algunos premios y distinciones, entre los que destaca la Residencia Artística en Bloque Ciudad de Bogotá de Idartes en el año 2017.
Paba Zarante se crio su su ciudad natal en Colombia, donde finalizó la carrera de Lingüística y Literatura (Universidad de Cartagena). Posteriormente, estudiaría una maestría en Escrituras creativa en la Universidad Nacional de Colombia. Ha participado como poeta invitado en diferentes festivales nacionales e internacionales de literatura y poesía. Sus poemas han sido traducidos al inglés, francés e italiano. En 2019 se trasladó a Europa , tras pasar breves temporadas en Francia y Londres, actualmente reside en la ciudad costera de Brighton, al sur de Inglaterra. Cantar con bestias (2021), su primer libro, fue publicado en julio pasado por la editorial argentina Buenos Aires Poetry. A continuación ponemos a vuestra disposición una muestra panorámica de seis textos extraídos de su debut poético.
Dormir
Dormir en sofás endurecidos por el frío.
Dormir en callejones, en puentes, en plazas,
mientras las ratas bailan un vals con tu hambre.
Dormir
con toxicómanas violentas aullando de emoción
ante la posibilidad de una nueva dosis.
Dormir, perseguido por las jaurías del amor,
en un Cadillac dios de óxido y ruido.
Dormir con las luces encendidas por miedo al fin del mundo.
Dormir en habitaciones destruidas por la fiesta,
en trincheras, en cráteres salvajes.
Dormir borracho y despertar en medio de un hospital
ciego de golpes.
Dormir enfermo en el altillo del apartamento 2 0 2
5 gatos furtivos y la amistad más generosa desplegándose.
Dormir esposado en estaciones de policía, dormir en bibliotecas,
en taxis que regresan a ningún lugar.
Dormir en moteles del desierto
donde la certeza de la inminente y estruendosa derrota
seduce a mi desesperación.
Dormir
en ese único avión
que cae en medio del infierno.
Dormir con Angélica, su cuerpo perfecto de 1 metro 79
cuchillo de luz que parte el aire, parte la madrugada
irrumpiendo como milagro,
breve tigre de Kafka, fogata alucinada.
Dormir
arrullado por el resplandor de las bengalas,
en altamar,
escuchando la conversación subterránea de todas las cosas vivas.
De Cantar con bestias (2021)
Poesía para engañar a los perfiles psicológicos
Poesía para engañar a los perfiles psicológicos.
Poesía porque nunca aprendí a montar a caballo
y mi única herencia fue un puñado de sal aventado a la noche.
Poesía para contrarrestar el frío,
el hambre, el odio.
Poesía porque soy sobreviviente
en un país asolado por males terribles.
Poesía porque las bombas caen sobre los hospitales
y los árboles de humo se expanden
a través del metal hirviente de los siglos.
Poesía porque nos borrarán,
triturarán nuestros huesos, fumarán nuestras cenizas.
Poesía para olvidar a la muerte
penetrando otro cuerpo olvidado por la muerte.
Poesía para enaltecer la cercana lejanía,
la carne metafísica, el cielo subterráneo.
Poesía por las piedras y los ríos
y el techo de nuestra casa tapizado de estrellas.
Poesía como llave que abra diáfana
la casa del sueño.
De Cantar con bestias (2021)
Suma
Ser un violento ángel de Caravaggio
visión narcótica de la Gracia.
Ser la pantalla borrosa de un cine pornográfico.
Ser el amante baleado a media noche
gacela herida en la tela del sueño.
Ser la calma anterior,
el jardín cercado por las llamas,
una ciudad aplastada por la artillería de dioses enemigos.
Ser Chet Baker, un diamante tallado y robado en Oklahoma,
delirio de trompetas volando entre lujosos hoteles
y la muerte.
Ser un monje salvaje en perpetuo éxtasis
adusta serenidad sobre el lomo curvado del relámpago.
Ser la fuga, la lluvia, un fuego de hojas secas.
Ser
el más hermoso cuchillo
clavado en el corazón del mundo.
De Cantar con bestias (2021)
Visiones del ángel
Vi la columna vertebral de la noche
floreciendo plena en el puerto,
dibujando estrellas para los navegantes perdidos.
Sé que en el norte
hay nuevas lenguas y nuevas formas de amar.
Y al sur
una suma colosal de colores
donde desembarcan
boxeadores derrotados y sacerdotes del sueño.
Es preciso haber amado y muerto en ambos lugares,
y haber consumido mi droga
una mañana de invierno entre los eucaliptos.
Es preciso entrar y salir constantemente del incendio
sin ansiedad o desesperación,
fundirse plenamente con la madera y la piedra.
Y vi un mundo de símbolos
perceptible solo para quienes resplandecen
en la calidad de lo que trafico.
Y vi a Mercurio,
una huella diminuta en el cielo,
mientras el valor de la moneda corriente colapsaba.
Es preciso que me pagues con tu última felicidad
quiero esparcirla como polen
regarla por mis jardines de humo.
Búscame entre los pájaros y el aire.
Ya puede haber comercio entre nosotros.
De Cantar con bestias (2021)
Oración para iniciar un Holocausto
Se diría que todos
somos niños muertos
que las cosas no han cambiado tanto
y aún cazamos,
bajo la noche que se expande,
el lento resplandor de la sangre en el verano,
dulce llamarada de dientes que muerde el vacío,
como un sol abriéndose paso a través de los años
para llegar aquí, a nuestras manos
que han de partir el pan,
a la gasolina y su fragancia enloquecida
con raíces de infierno,
al árbol que brota transparente
y sus hojas cayendo
como una celebración frenética del día
porque todo lo que vive
entre estas ruinas minuciosamente nombradas
resplandece.
Que te sea leve el ruido de la memoria aplastada.
Que los muertos canten a los muertos
una versión total del exterminio.
Que los siglos transformen nuestra llaga en santidad.
De Cantar con bestias (2021)
Poema sindicalizado
En este poema
alguien llega a su oficina
con una hermosa automática,
balas como para fundar una nación,
y un cinturón de dinamita.
En este poema hay gritos,
hombres arrastrándose abaleados,
una luna de hierro separando una cabeza.
Hay mierda, mucha mierda en este poema
y una llamada por cobrar perdida
al dios de la piedad.
En este poema no hay porqués,
solo ratas huyendo bajo la mirada clara
de una fresca mañana de agosto.
En este poema
el explosivo inicia su rigor de corrección
justo en el centro de todo
como un taladro que folla con ternura
el magro empuje de un cuerpo horrorizado.
Como la carta rabiosa de un hombre enamorado
este poema
es una declaración de intenciones,
una amenaza.
De Cantar con bestias (2021)