«Movimientos de un animal desconocido» de Joey Rego en cinco poemas
Joey Rego (Caracas, 1989) es un artista multidisciplinario cuya obra abarca la música, la literatura y las artes escénicas. Actualmente reside en Barcelona.
Sus álbumes L’Appel Du Vide y Negative Results destacaron en las listas de Lo Mejor Del Año en diferentes medios, como Radio 3, Primavera Sound Radio, Mondo Sonoro y RockZone Magazine. Ha sido nominado a Mejor Artista, Álbum del Año y Mejor Álbum Rock en los Premios Unión Rock Show y los Premios Distorxion.
Aparece en la Antología de la III edición de cuentos FAEC, y sus textos han sido publicados en España, Venezuela, México o Colombia en revistas como Mondo Sonoro, Ficción Breve, Revista Sole, Diez4 o Revista Ojo.
El poemario Movimientos de un animal desconocido (2024) es su ópera prima, de la que hemos extraído los textos que integran esta muestra.
Antes del primer disparo
.
.
Perdóname por abandonar mis carnes
y por todas las copas manchadas.
. Hay algo que solo sabe el viento
. y los huesos.
Hay un augurio que resuena en las campanas del
barrio olvidado
donde todas las ventanas retumban en la
madrugada.
. Hay algo que solo sabe el viento
. y los huesos.
Hoy todos pasan llave y pestillo
llenando galones de agua y gasolina,
esperando
atentos,
esperando,
perdonándose,
esperando
atentos,
esperando,
persignándose
hasta que se escapa una pequeña risa
. en la habitación contigua.
Ya no se sabe si es la materia transformándose
o son los niños que siguen jugando
atentos,
esperando
atentos,
persignándose.
. Hay algo que solo sabe el viento
. y los huesos.
.
.
.
De Movimientos de un animal desconocido (2024)
Brote, flor, fruto
.
.
Vienes a buscarme.
. Semiautomática.
Con los huesos desprendidos,
sosteniéndote a través de un hilo
que es silencio,
. y así, confirmación.
Desde aquí se escuchan
plegarias que se posan
en el fondo de tu garganta
. reclamando que no
fuimos suficiente.
. Aullando
a mar abierto
para que te lleve en tormenta
y así no tener que despedirte,
dejando la culpa pegada en sal.
Hay gente que paga por esto,
por volverse pregunta,
una que termina olvidada en el tiempo,
como el estupor
entre criatura y cazador.
Ambos destinados a desaparecer
. una vez crezca la maleza
y las sombras abran todas las puertas,
y las heridas sean reflejos de otros dioses.
Detenerte ahora es imposible.
Me desvisto, me callo.
Acepto que esta casa ahora es incendio.
. Amapola que se eleva.
.
.
.
De Movimientos de un animal desconocido (2024)
Caquexia
.
.
Se yergue su silueta,
Se alza mi sombra.
Lo reconocí por las enfermedades que lo han
atacado,
por la curvatura necia de su espalda,
por las cascaras que ha roto,
y el cansancio,
que era el mismo que el mío.
Ese día, nuestros miedos se juntaron,
se volvieron uno,
teníamos la misma caquexia.
Nuestros cuerpos tenían
la misma liberación violenta
y una obsesión por esconderse.
Aun así, nada nos detuvo:
ni las horas lentas,
ni los ruidos de la calle,
ni los fantasmas amenazando
que el orden se había roto.
Fumamos durante horas,
buscándonos los mismos errores en la cara.
Hablamos de ese día
que fuiste con ella a la playa
y pensaste que al mar
no le quedaría recuerdo alguno,
pero broté yo
y las olas que ese día te golpearon,
sin saberlo, se volverían
la barahúnda que haría camino en tus venas
por el resto de nuestras vidas desconocidas,
vinculadas por nada más que umbra
. y algún que otro mensaje sin responder.
.
.
.
De Movimientos de un animal desconocido (2024)
Permanencia
.
.
. a Roser.
.
.
.
Estás tan apurada todo el tiempo,
intranquila y con el viento entre las piernas;
desinteresada por la dejadez que te hacía,
convertida en movimiento y deseo.
Ahora todo a tu alrededor es deseo.
Solo tú sabes
cómo arder en paz,
entregando todo a la memoria y al músculo,
hablando idiomas que pocos entienden.
Y yo te espero,
porque siempre lo he hecho.
Es lo que sé hacer
ni muy bien ni muy mal.
Es lo que sé hacer:
mutar a través de la paciencia,
volverme los olores que reconoces,
guiarte hasta que cierres el alma,
y esperar.
Porque es lo que hago
ni muy bien ni muy mal,
y me gusta verte así,
cálida, metamórfica,
permanentemente iluminada,
experta en todas las sombras
. mientras
. yo hago el café.
.
.
.
De Movimientos de un animal desconocido (2024)
Época de lluvia
.
.
. Esta acera será siempre la misma
. Jesús Montoya
.
.
.
. A Beverly
.
.
.
No se puede medir lo inquietante del alma,
sería inservible, ya que está
atado a lo cautivo del corazón.
Además,
. hay oscuridad.
Ese jamás no ha visto prisión,
ha estado libre
saltando de habitación en habitación,
dejando disturbios,
alimentando a la señora de las horas.
Obteniendo las formas que necesita
para estar siempre de pie,
marcando la distancia
entre nosotros y las otras torpezas
que habitan el espejo de esta casa de cristal,
. llena de perros nobles.
. (Límite y borde.)
A ti te cosieron distinto,
te hilaron
con vértigo y claroscuro,
y amor que aparecía
y trapos mojados para la fiebre.
Y así, todo se juntó.
Así dominaste el vidrio
y los rituales que dejaron
aquellos que viajaban a espacios transparentes,
y a los que se buscaban inútilmente
preguntándose quiénes eran,
y a los que dominaban las formas del fuego.
. (Hasta la fiebre.)
Será por eso, que siempre sientes
que vuelas entre agoreras;
cómoda, entre criaturas pesimistas.
Será por eso mismo,
que luego no puedes despertar en ninguna ciudad
sin sentir
. que es época de lluvia.
Hay demasiado sucediendo
ahí dentro,
. lejos de ti.
. (Manías que te atan.)
Te busco más de lo que crees
y escribo esto
para poder
algún día
posarme en tu guante,
que me enseñes qué se hace después con estas
letras
. y me dejes ir
. cuando pare de llover.
.
.
.
De Movimientos de un animal desconocido (2024)
Días de luz / Fuerza incontrolable
.
.
. Vuelve a mí,
. ausencia de todo.
. «Desahucio»,
. siendo la primera palabra mágica que leí.
Me hice ahí,
. en esa escuela que ahora no existe
y no es más que escombros en recuerdos
rutilantes.
En esa época, poco podíamos pagar,
así que buscábamos encontrarnos en papel barato,
. en horas de contradicción.
No tomábamos café.
. No sabíamos ser violentos.
Yo, soñaba que aparecía Nicanor Parra,
levantando sus alas,
recogiéndome con sus garras,
sobrevolando democracias
y sonreíamos durante horas.
Tú, soñabas con Borges,
persiguiéndote en unas escaleras interminables,
manchadas por las mismas sombras de la casa
. de tu madre.
En esa época poco podíamos detener,
sucedíamos los días desnudos
temblando ante el descubrimiento
. de la pequeña muerte en las
paredes.
Aún me ahogo cuando te pienso,
. fuerza incontrolable,
. poesía que
transita.
Me abriste por completo un día,
. y a veces creo que jamás me cerraste.
.
.
.
De Movimientos de un animal desconocido (2024)