Un poema de «La última de su tribu», reciente traducción de Christine Lavant
Christine Lavant (Wolfsberg, 1915—ibid., 1973) fue una escritora austriaca, nacida en la zona del valle del río Lavant, de donde tomó su seudónimo. Lavant provenía de una familia numerosa y pobre. Desde niña su vida estuvo marcada por la enfermedad, la guerra, el arte y la literatura, esta última entrelazada íntimamente con su vida hasta el punto de utilizarla como una forma de salvación, sanación y rebelión en contra de un sistema que la oprimía por su condición de mujer, pobre y poeta, en un contexto bélico.
En 1970 recibió el Gran Premio Estatal de Literatura de Austria. Pese a este reconocimiento, Lavant siguió viviendo al límite de la pobreza, la enfermedad y la soledad hasta su muerte en 1973. En la actualidad es una de las poetas austriacas más importantes del siglo XX.
A más de 50 años de su muerte, el sello chileno Vísceras Editorial en su colección sin llave propone un acercamiento al trabajo de la poeta austriaca con la plaquette La última de su tribu (2025), traducción que busca explorar sus representaciones desde una perspectiva de género, no como una excepción, sino más bien como una forma de integración del lenguaje.
La traducción de los poemas de Christine Lavant estuvo a cargo de María Paz Wallffiguer, traductora del inglés y el alemán al español por la Universidad de Concepción, diplomada en traducción literaria por la Pontificia Universidad Católica de Chile. Wallffiguer ha trabajado en la traducción de poemas de Lina Atfah y de Özlem Özgül Dündar del alemán al español como parte del colectivo red Ü en Concepción, Chile.
Die Letzte ihres Stammes / La última de su tribu
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Ihre Hände legt sie klagend
an der Schläfen wunderbare Muldung –
eine Geste unerhörter Duldung
für sich selbst – und alles sagend,
was dem stolzen Munde nie entflog.
Und sie nimmt die Landschaft des van Gogh,
diese ungelenke, schwere
Kindlichkeit in ihre Leere
ganz hinein; nimmt sie als Trost –
um sich, wie von leichtem Frost
jäh erschauernd, abzukehren.
Und sie geht dann durch die leeren
weiten Räume, durch die Gänge
und es liegt noch der Empfänge
starke Spannung über allen.
Schwere Perser, die das Schallen
ihrer Schritte sorgsam hüten,
haben noch den Duft von Blüten,
Weinen, Frauen aufgespart.
Manches nimmt sie und verwahrt
es mit einer müden Trauer,
um es später dann genauer
anzusehn, ob es auch tröste –
wenn des Nachts das Unerlöste
aller Ahnen sie bedroht!
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Pone sus manos, quejumbrosa,
en las maravillosas hendiduras de sus sienes…
un gesto de inaudita tolerancia
hacia sí misma… y diciendo todo
lo que de la boca orgullosa nunca escapó.
Y lleva el paisaje de van Gogh,
esta torpe, pesada
puerilidad hacia su vacío
muy adentro; lo toma como un consuelo…
para apartarse, como si de repente se
estremeciera por una ligera helada.
Y entonces camina por las habitaciones
vacías y amplias, por los pasillos
y todavía queda una fuerte
tensión de las bienvenidas.
Gruesas alfombras persas, que vigilan
cuidadosamente el ruido de sus pasos,
todavía conservan el aroma de las flores,
el vino y las mujeres.
Toma algo y con una tristeza cansada
lo deja bien guardado
para después verlo
con más detalle, por si es que también la consuela…
cuando lo que no se ha redimido
de todos sus antepasados le amenace por la noche.
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De La última de su tribu (Vísceras Editorial, 2025)
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