Cuatro textos de «Lo que aprendimos de Ayotzinapa» de Aníbal Malaparte
Aníbal Malaparte nacido el primero de mayo de 1991 es practicante de artes marciales y licenciado en Historia por la Universidad Veracruzana, titulado con la tesis Banderas de fuego, pechos de luz. Voluntarios mexicanos antifascistas en la Guerra Civil Española.
Es autor de los siguientes poemarios Escribe poesía, construye bombas caseras (2019), Conversaciones de odio (2020), Delirios nihilistas (2023) y La asamblea de los fantasmas (Valparaíso Ediciones, 2023) y Lo que aprendimos de Ayotzinapa (Mandrágora Ediciones, 2024), además de fundador de diversas tertulias literarias. Adepto a las causas perdidas desde 2008 es y ha sido militante de diversas organizaciones zapatistas y marxistas-leninistas.
En Lo que aprendimos de Ayotzinapa (2024) se desbrozan los acontecimientos posteriores a la desaparición forzosa de los 43 normalistas de Ayotzinapa en el estado de Guerrero (al sur de México) a finales de septiembre de 2014, alumnos de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de los que hasta ahora poco se sabe y que en septiembre del año pasado se recordó una década de su ausencia. Después de lo ocurrido, se conformó un movimiento en apoyo a los familiares de los jóvenes desaparecidos, conformado por voluntarios y representantes de la sociedad civil (incluyendo personas que aprovecharon la oportunidad para obtener beneficios personales y políticos) que se fue debilitando y mostrando sus grietas a lo largo de este lapso mientras se exigía al estado mexicano una investigación que esclarezca lo sucedido y determine culpables. En el texto-collage se superponen capas de lo acontecido, a través de diversos materiales como testimonios, citas de pensadores, la reflexión histórica y textos poéticos de mucha crudeza que otorgan una mirada calidoscópica al lector con la que plantearse innumerables preguntas, pero sobre todo, la de por qué hechos como los de Ayotzinapa se repiten en contra de sus jóvenes cada cierto tiempo en México, tal como ocurrió en la Matanza de Tlatelolco de 1968 o la Masacre de Corpus Christi de 1971 (también conocida como «El Halconazo»).
En el tercer texto del primer capítulo el autor explica: «A lo largo de los sexenios la guerra que el Estado mexicano y sus aliados anticomunistas han desatado contra las normales rurales varía entre el cierre violento de las mismas, los recortes presupuestarios, las raciones insuficientes de comida, el espionaje y represión policiaca, militar y paramilitar, esto obedece a una política de vaciamiento y despojo de territorios para despejar el terreno a las depredación y extractivismo contra el sector campesino y sus territorios, para ello deben de destruir una de sus principales organizaciones con mayor arraigo comunitario en las zonas donde las disputas políticas e ideológicas contra el capitalismo mexicano son particularmente feroces: la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México».
Los cuatro textos que compartimos a continuación provienen del libro-collage Lo que aprendimos de Ayotzinapa (Mandrágora Ediciones, 2024) de Aníbal Malaparte, en concreto a su primera parte titulada «El puente ha ardido y me niego a reconstruirlo. (Cuatro fragmentos sobre lo que representó para mí y mi generación la palabra Ayotzinapa)».
Declaración de principios
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. Europa, Asia, América, desapareced.
. Nuestra marcha vengadora lo ha ocupado todo,
. ¡ciudades y campos! – ¡Seremos aplastados!
. ¡Saltarán los volcanes! Y el Océano golpeando…
. ¡Oh! ¡mis amigos! -Mi corazón, es seguro, son hermanos:
. ¡negros desconocidos, si acudiéramos! ¡Vamos! ¡vamos!
. ¡Oh desgracia! Me siento temblar, la vieja tierra,
. sobre mí que más y más es vuestra, la tierra se funde,
. ¡No es nada! ¡Aquí estoy! ¡Aquí estoy siempre!
. Arthur Rimbaud
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Han pasado diez años
y me niego a olvidar,
las palabras explotan
en mi boca y puños.
Rabia vengadora.
Tristeza violenta.
Han pasado diez años
y no soy tan débil para perdonar,
ni mucho menos abstenerme en señalar
culpables y a los peores: oportunistas.
Han pasado diez años
y me niego a verlos como un lugar común
otro hecho histórico que no pudimos evitar
otro Tlatelolco, otro Corpus Cristi, otra Madera,
una sentencia que se quedó a la mitad,
sentido común de la izquierda académica,
paranoide mito de las múltiples derechas.
Han pasado diez años y merece arengas de sangre
que accionen células,
vanguardias y masas,
que traigan justicia
sobre trajeados,
uniformados,
fascistas y
anarquistas.
Han pasado 10 años
aún me duele la garganta tras tanto gritar,
como me duele el viejo rencor
el del dos de octubre con el que nací
el del veintiséis de septiembre que me inocularon,
nosotros, todos nosotros,
mestizos desarraigados,
proletarios explotados,
nuestra es la rabia,
nuestro el llamado
a destruirlo todo.
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De Lo que aprendimos de Ayotzinapa (2024)
La consigna
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. …la teoría se convierte en poder material tan pronto como se apodera de las masas.
. Y la teoría es capaz de apoderarse de las masas cuando argumenta
. y demuestra ad hominem, y argumenta
. y demuestra ad hominem cuando se hace radical.
. Ser radical es atacar el problema por la raíz.
. Y la raíz, para el hombre,
. es el hombre mismo.
. Karl Marx
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Porque el color de la sangre jamás se olvida
los muertos serán vengados
vestidos de verde olivo
políticamente vivos
no has muerto, no has muerto
no has muerto camarada
tu muerte, tu muerte
tu muerte será vengada
¿y quien la vengará?
el pueblo organizado
¿y como?
luchando
entonces
lucha lucha lucha
no dejes de luchar
por un gobierno obrero
campesino y popular.
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. Anónimo. Consigna Popular.
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De Lo que aprendimos de Ayotzinapa (2024)
El análisis histórico
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. ¿Y a esa luz, breve y lívida, quién? ¿Quién es el que mata?
. ¿Quiénes los que agonizan, los que mueren?
. ¿Los que huyen sin zapatos?
. ¿Los que van a caer al pozo de una cárcel?
. ¿Los que se pudren en el hospital?
. ¿Los que se quedan mudos, para siempre, de espanto?
. Rosario Castellanos
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Para muchos en mi generación esta fue la primera ocasión que habían escuchado sobre la llamada Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México y sobre la Normal Rural Raúl Isidro Burgos.
Hablamos de una serie de organizaciones de estudiantes-campesinos que por décadas han sufrido históricas agresiones por parte del Estado Mexicano que desde el fin del cardenismo ha buscado extinguir este proyecto de educación socialista haciendo de las normales rurales y sus alumnos un sujeto social llamado a ser criminalizado, racializado, marginado, asesinado y desaparecido.
Los normalistas rurales han sufrido no pocas agresiones, durante todo el siglo pasado fueron hostigados por la Dirección Federal de Seguridad y el Ejercito Mexicano, no pocos de sus militantes fueron no solo reprimidos en diversas manifestaciones sino también fueron detenidos-desaparecidos durante la Guerra Sucia (sin mencionar los que optaron por unirse a la guerrilla como Genaro Vázquez Rojas), un caso emblemático fueron los normalistas desaparecidos de la Escuela Normal Rural Plutarco Elías Calles, de El Quinto, Sonora, los cuales habían engrosado las filas de la Liga Comunista 23 de Septiembre.
«Pero eso fue el siglo pasado, el triunfo de la democracia electoral ha puesto fin a este tipo de acciones», podría argumentar el liberal de las buenas conciencias y la mala fe, pero no, no lo es: un 12 de diciembre del 2011 Jorge Alexis Herrera Pino y Gabriel Echeverría de Jesús, estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, murieron por heridas de bala hechas por agentes ministeriales y policías federales y estatales mientras los normalistas cerraban la carretera pidiendo una audiencia con Ángel Aguirre, el gobernador de Guerrero, quien ya los había dejado plantados anteriormente.
Las agresiones no han sido exclusivamente por parte del Estado, en general por cualquier grupo políticamente anticomunista, el 4 de marzo del 2013 los anarquistas y narcomenudistas que tiene secuestrado el auditorio Che Guevara al grito de marxismo-leninismo la otra cara del fascismo atacaron estudiantes de la normal rural de Lázaro Cárdenas de Tenería y secuestraron a uno de ellos, exhibiéndolo ante los medios de comunicación como un animal de presa en regodeo del profundo odio que sienten por las normales rurales y el socialismo.
Y después llegó la noche de Iguala, donde gracias a la colaboración de policías municipales estatales y militares adscritos al °27 Batallón de Infantería, todos ellos bajo la vigilancia activa del CISEN (ahora Centro Nacional de Inteligencia) y la Policía Federal (ahora en la Guardia Nacional) que terminó con la desaparición a los 43, el asesinato a otros 9 (incluido un estudiante cuya cara fue desollada mientras aún estaba vivo) además de dejar heridos a 27 pobladores.
Y si, incluso informantes infiltrados por el ejército en la normal fueron desaparecidos esa noche.
El gobierno federal se lavó las manos, las elites políticas intentaron culpar de todo a un cartel local y la presidencia municipal, se inventó una Verdad Histórica que no se sostenía científicamente pero que evadía la culpa de los aparatos represivos del Estado, estallaron las manifestaciones, las marchas, los paros…
El resto es historia, historia contemporánea, viva y sangrante.
Obviamente durante la autoproclamada Cuarta Transformación y la llegada de gobernantes pejistas no se han detenido las agresiones contra los militantes de la FECSM.
El 18 de mayo del 2021 91 normalistas de la normal rural de Mactumactzá, Chiapas, (entre las que se encontraban 74 estudiantes mujeres que fueron tomadas como botín de guerra por la policía que las agredió sexualmente) fueron detenidos con lujo de violencia y llevados a prisión debido a que pedían examen de ingreso presencial y en cuadernillo debido a que muchos de sus solicitantes no cuentan con acceso a internet (muchos ni siquiera a la electricidad) y no podían presentar su examen desde una plataforma online.
A lo largo de los sexenios la guerra que el Estado mexicano y sus aliados anticomunistas han desatado contra las normales rurales varía entre el cierre violento de las mismas, los recortes presupuestarios, las raciones insuficientes de comida, el espionaje y represión policiaca, militar y paramilitar, esto obedece a una política de vaciamiento y despojo de territorios para despejar el terreno a las depredación y extractivismo contra el sector campesino y sus territorios, para ello deben de destruir una de sus principales organizaciones con mayor arraigo comunitario en las zonas donde las disputas políticas e ideológicas contra el capitalismo mexicano son particularmente feroces: la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México.
Para bien y para mal la desaparición de los 43 políticamente dio forma a mi generación, fue nuestra matanza de Tlatelolco, aquello que marcó un antes y un después.
A algunos, a muchos, de hecho, les enseñó a rendirse, les enseñó resignación y pasividad, que no importa lo que hagamos nada va a cambiar, a otros les enseñó que puedes lucrar con movimientos y organizaciones sociales, que puedes apropiarte de discursos y símbolos de izquierda para gobernar con la derecha, otros aprendieron que para sobrevivir y prosperar tienes que convertirte en un delator de tus antiguos compañeros y aliados… pero muchos otros aprendieron que existe una clase enemiga y esta misma clase cuenta con aparatos de control sobre nuestras vidas.
Y que no solo debemos de enfrentarnos a ellos.
Podemos hacerlo.
Y podemos ganar.
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De Lo que aprendimos de Ayotzinapa (2024)
Un fragmento de fragmentos
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. Así en la historia,
. en la madeja-edad de las creencias:
. sumando voz a voz
. hasta desamarrar el gran torrente en llamas
. Roque Daltón
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. 1
Ayotzinapa.
Lugar de las tortugas.
Tu herida encarna nuestro tiempo y enseñaste
una vieja verdad que muchos sabían
pero pocos comprendían.
De ti aprendimos el placer del odio
y la voluntad de la venganza.
. 2
No solo es Ayotzinapa.
Es Madera, Aguas Blancas, El Charco,
Corpus Cristi, Tlatelolco, Acteal,
Atenco, Atoyac, Loxicha.
Son la eterna impunidad:
prisiones clandestinas,
hornos crematorios,
vuelos de la muerte.
. 3
Ayotzinapa es un vistazo al futuro,
a todo nuestro futuro,
lo que nos ha de pasar
si no nos apuramos
en vencer
. 4
Intenté describirte.
Fracasé,
no importa.
Sólo no te detengas,
jamás dejes de correr,
apuñala al tiempo.
Que tus enemigos
mueran gritando sin aire
y que, aquellos a los que amas
siempre perdonen
tu fuga hacia adelante
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De Lo que aprendimos de Ayotzinapa (2024)