Especial feminismos: Laura Casielles
Fotografía de Laura Casielles tomada por las fotógrafas Sara Campos Rodríguez y Javier Nadales.
Laura Casielles (Pola de Siero, Asturias, 1986) es poeta y periodista, autora de los libros Soldado que huye (Hesperya, 2008), Los idiomas comunes (Hiperión 2010; XIII Premio de Poesía Joven Antonio Carvajal y Premio Nacional de Poesía Joven Miguel Hernández en 2011), Las señales que hacemos en los mapas (Libros de la Herida, 2014) y Breve historia de algunas cosas (Ediciones del 4 de agosto, 2017). Licenciada en periodismo y en filosofía, tiene un máster en estudios árabes e islámicos contemporáneos, y en su doctorado se ha especializado en la memoria de la colonización española en Marruecos y el Sáhara Occidental. En este campo ha publicado la investigación Los cantos inolvidables. Souffles: una revista marroquí de poesía y política entre el colonialismo y los años de plomo (Alción Editora [Argentina], 2018) y dirigido el documental web Provincia 53. Memorias cruzadas del Sáhara Occidental. Como traductora del francés ha publicado la antología del poeta marroquí Abdellatif Laâbi Desde la otra orilla (Valparaíso [México], 2017). En los últimos años se ha dedicado también a la comunicación política. En la actualidad colabora con diversos medios y proyectos, y está especialmente vinculada a la revista La Marea, en la que escribe habitualmente y co-coordina la sección de cultura.
La poética feminista de Laura Casielles está representada aquí en Aullido por seis poemas escogidos de sus obras Los idiomas comunes, Las señales que hacemos en los mapas, Breve historia de algunas cosas y un poema inédito que ve la luz en este especial. En general, la poesía de Laura Casielles engloba diversas sensibilidades e inquietudes tempranas que se pueden ir apreciando a lo largo de su obra y de su pensamiento político y activista. Este activismo se encuentra tanto en sus hechos como en la palabra. Entre los poemas encontramos críticas a los estereotipos que impone la visión social y patriarcalizada del cuerpo de las mujeres, comenzando a introducir estas ideas desde la infancia, reivindicaciones a los «no ilustres», a los antepasados del pueblo y a las mujeres que precedieron a esta generación, gente anónima que sufrió y luchó por nuestros derechos y que no son los y las que escriben ni pasan a la Historia, o una escritura sobre la búsqueda y el deseo de un mundo nuevo y más justo.
Para terminar, me gustaría destacar «Suk Sebt. Homenaje a las hermanas» como un claro ejemplo de esta forma de pensar y ver la vida. Es un poema que aparece en Las señales que hacemos en los mapas, libro que se podría tomar como una poesía de viaje si se mira superficialmente; y ciertamente está plagado de ella, pero una vez abierto introducidos en el poemario, vemos que es, sobre todo, una forma de mirar el mundo que le rodea y que nos rodea y para el caso que nos atañe, «Suk Sebt. Homenaje a las hermanas» muestra el compromiso y sensibilidad con las mujeres, una sororidad con todas ellas, cercanas o lejanas a nuestra propia cultura; aquellas mujeres que, en la inmensa mayoría de las ocasiones, por no decir todas, son ignoradas e invisibilizadas hasta el extremo de no importar su vida y su muerte.
Laura Casielles es la sexta poeta que compone nuestro especial feminismos junto a Lola Nieto, Fermina Ponce, Niyireé Baptista, María García Zambrano y Miriam Reyes.
SUK SEBT*. HOMENAJE A LAS HERMANAS
A veces, las mujeres que admiro lloran.
Lloran polen, lloran piedra, lloran plumas caídas de estornino débil
y aceite quemado sobre la arena gris.
Lloran porque no encuentran
el hilo del buen amor,
lloran porque su voz no es una columna de mármol,
lloran por el peso del río.
Hay mujeres que admiro y no conozco y a veces lloran.
Supongo que también les arden bulbos en las entrañas
y tienen en el jardín
tumbas de cedro.
Otras mujeres llevan
el fardo prieto de veinte siglos sobre los hombros.
No tienen mucho tiempo para llorar, pero, a veces,
manantiales y pozos y olas se les caen a las manos.
El charco crece lentamente, alcanza el mar de los charcos de antaño.
Se evapora, llueve.
Lustrosas espigas se hinchan
en un huerto de otra parte.
De Las señales que hacemos en los mapas (Libros de la Herida, 2014)
* El 1 de marzo de 2011, poco después de que las revueltas populares triunfaran en Egipto y Túnez y mientras los ciudadanos libios trataban de seguir ese ejemplo, en la ciudad de Suk Sebt la joven marroquí Fadua Larui, de 26 años de edad y madre soltera, se inmoló después de que le fuese denegada por no tener marido una vivienda social que había solicitado. La noticia pasó prácticamente desapercibida.
COMO ENTONCES, COMO SIEMPRE
Voy a pedir ayuda a la hermandad lejana
CARLOS EDMUNDO DE ORY
Venid los justos de acción y de omisión,
los limpios de alma,
quienes tienen sucias las manos de cavar cimientos,
que vengan, como entonces, como siempre,
el poeta de la tribu y la cocinera
de las fuerzas de los mártires,
los de la palabra exacta,
los del abrazo presto,
venid,
venid aprendices de lo mismo y admirados maestros,
desconocidos compañeros de parecidas luchas,
las profetas,
las insultadas,
las inocentes,
venid las otras mujeres del corazón del hombre que amo,
primeras a las que salvar si se hundiera este barco,
los imposibles camaradas del insomnio
con quienes discutimos encendidos los leves matices de lo improbable,
venid
quienes compartís el sueño y las penurias que arrastra el sueño
venid
como entonces, como siempre,
venid hermanas del abismo y de los brotes:
. que está el cielo preñado de un presagio negro
. y sea para vencerlo o para caer
. mejor será que estemos cerca.
De Breve historia de algunas cosas (Ediciones del 4 de agosto, 2017)
RAGAZZA
Cuando cumplimos
(más o menos) doce años
nos regalaron a todas
las niñas
un juego nuevo.
La muñequita linda no cabe en su ropa,
la ropa es rígida,
la muñequita linda es de cartón mojado,
la ropa tiene pestañas de colores.
Debe encajar.
El juego consiste en que le hagas
entrar en su ropa,
mírala,
mírala,
pobre muñequita linda.
Está desnuda.
Desnuda es fea.
tiene que caber en su ropa.
recorta su cuerpo,
niña,
su cuerpo es de cartón mojado,
muñequita linda,
luego será más linda.
Así es el mundo.
El mundo es rígido.
Te enseñaré lo que debes hacer.
Puedes recortarla con películas, fiestas, revisteros,
amor.
Así que recorta.
Recorta.
Recorta.
De Los idiomas comunes (Hiperión 2010; XIII Premio de Poesía Joven Antonio Carvajal y Premio Nacional de Poesía Joven Miguel Hernández en 2011)
LAS MUJERES QUE ESCRIBEN DICCIONARIOS TIENEN LAS MANOS LLENAS DE NOTAS
Voy a ver si encuentro un idioma
en el que la palabra amor no tenga
connotaciones de pronombre,
a ver si encuentro un idioma
en el que decir de dónde eres
sea distinto a decir de dónde vienes,
un idioma que no haya necesitado inventar la palabra trabajo
y en el que no haya esos problemas
de hablar en femenino o no.
Voy a ver si encuentro un idioma
en el que nadie haya usado nunca la palabra adiós,
ni la palabra fuera,
ni la palabra tarde.
Un idioma
en el que pueda hablar sin que nadie entienda
nada más que lo que digo,
un idioma que no pese tanto.
(Voy a ver si me hago un vocabulario así,
donde no sea necesario
dar tantas explicaciones).
De Los idiomas comunes (Hiperión 2010; XIII Premio de Poesía Joven Antonio Carvajal y Premio Nacional de Poesía Joven Miguel Hernández en 2011)
DESCENTRALIZACIONES (IV)
Reivindico mi mitad mora, la parte goda
de mi genoma,
basta ya
de dioses griegos que no riegan mi sangre.
Reivindico
un viejo primate casi en las costas de África,
un pueblo que vivía aquí antes.
Amo
a Ariadna y Helena, sí,
pero basta:
¿qué ha pasado
con las tres mil mujeres sabias de la corte andalusí?
No reivindico a Pelayo, no reivindico a Isabel,
no vencí
en ninguno de los Triunfos De La Historia.
No sé si habrá héroes en mi estirpe,
mi memoria instintiva se detiene
en un loco y una hereje que llenaron los huecos de mi genealogía
en el tramo que se pierde en los siglos oscuros.
Reivindico
los obreros que pueblan mi escudos de armas
y las lenguas que mataron antes de que yo las pudiera aprender.
Basta ya de vírgenes de óleo y de rosa y de rosae,
ya hemos tenido bastante
derecho romano.
No fueron mis antepasados los culpables
del saqueo de El Dorado, de las casas
quemadas en Brunei.
Reivindico
a quienes emigraron hasta aquí
y a quienes al despertar por amor me salvaron del limbo.
Dejad ya de pintarme
un pasado de grandes avenidas
(inconfundibles, rectas, limpias),
dejad ya de decidirme
apellidos ilustres.
Mi memoria arrastrará mi linaje
enredando callejas.
Rehilará cien recuerdos escogidos
para un futuro justo.
De Los idiomas comunes (Hiperión 2010; XIII Premio de Poesía Joven Antonio Carvajal y Premio Nacional de Poesía Joven Miguel Hernández en 2011)
LENGUA MATERNA
Cuando una mujer dice la verdad, está creando la posibilidad de más verdad a su alrededor
Adrienne Rich
Nos decimos aquí estoy,
encontramos las palabras que pueden nombrar
el cuerpo, la traición, el agradecimiento.
Hermana yo sí te creo, nos decimos,
dime.
Nos decimos no tengas miedo
aunque sabemos que es bastante adecuado tenerlo,
así que nos decimos yo también tengo miedo,
cómo no lo vamos a tener.
Decimos: me han violado,
decimos: a mí también,
decimos: a mí no,
qué suerte.
Somos muchas, nos decimos,
y luego: faltan muchas también,
de las que no han llegado y las que no llegaron.
Y aullamos nombres, llamando
a las muertas y a las vivas por venir.
Ni una menos, decimos, ni una más,
en un extraño lenguaje que entiende de lo oculto y de lo opuesto.
Una extraña lengua materna articulamos,
una lengua
hecha de esperas y mentiras, de latidos,
una lengua ansiosa de verdad con el hambre de los pájaros.
En mitad del ruido, del silencio,
en un mundo que no entiende nada,
entre la violencia, en los oasis, en las prisiones
y al salir de las prisiones, en el amor, en el abismo,
hablamos,
hablamos siempre que encontramos ocasión.
Y te quiero, nos decimos, y
esto es completamente extraordinario
y luego
esto es completamente extraordinario
otra vez, porque realmente esto es realmente extraordinario:
que cada vez que abrimos la boca
una rama de una raíz avanza un poco,
para una casa, para otro mundo que ya existe.
Poema inédito
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