Especial feminismos: Fermina Ponce

Fermina Ponce (Bogotá, Colombia, 1972), comunicadora social, periodista y Máster en Gerencia de la comunicación organizacional de la Universidad de La Sabana, Colombia. Máster en escritura creativa en español por la Universidad de Salamanca, España. Sus poemarios, Al desnudo y Mar de (L)unaOveja Negra— tuvieron mención de honor a mejor libro de poesía un solo autor ILBA 2018 (International Latino Books Awards) e ILBA 2019 sucesivamente. Su poemario Sin nombre —de la misma editorial— fue presentado en la FilBo 2019. Su más reciente publicación es Se llamará piedra, por la editorial Sudaquia (2021). Incursionó en la prosa con dos cuentos publicados por MAGMA Editorial, España (2018 y 2019). En 2021 es parte de la compilación de cuentos Féminas Antología de infidelidades y mentiras, escritas por mujeres, Editorial Ars Communis y de la antología Otros Exilios, compilada por la escritora Alma Cervantes en Saltapatrás ediciones y Pupila editorial (2021).  A principios de 2020, recibió el nombramiento de Diputada Poeta Laureada de Aurora, Illinois, ciudad en la que reside. Fue nominada por el Consulado Colombiano en Chicago al «Premio Los 22 más», en 2017, en la categoría de cultura, por su contribución cultural en el área de Chicago. Ponce ha sido publicada al francés para la revista La Piraña, México. Su trabajo también lo han traducido al inglés, italiano y árabe.

La poesía de Fermina Ponce aborda temas universales; nos hablan de la naturaleza humana, de sus dualidades, incluyendo las enfermedades mentales. Es una poética sensible y profunda, que aborda desde el erotismo y el amor, hasta el desamor, el compromiso social y el sobreponerse a la adversidad del día a día, encontrando poesía en cualquier elemento de la vida cotidiana; desde el grito de una niña en Kabul en el interior de su poesía y de la propia poeta, hasta el agitarse del tiempo y el remiendo de los malos amores.

Con sus poemas, continuamos este especial feminismos que comenzamos con la poesía de Lola Nieto.


[symple_toggle title=»UN VESTIDO DE REMIENDOS» state=»closed»]
Con mi vestido de remiendos color piel,

único,
tan Vogue,
tan Lady Gaga,
tan ridículamente doloroso,
implacablemente “trendy
y es.

Con mi vestido de remiendos por aquello del “I’m sorry”.
¿Después de cada bofetada en el alma,
del rasguño imperceptible en el comedor,
por esa permisiva sociedad que amansó mi animal salvaje,
por esa manera de ser amada tan perfecta,
de su espacio con mi espacio no se mezclan,
de mi forma con su forma no conjugan, pero todo está muy bien?

¡Qué vestido tan bonito!
Cubre las batallas perdidas y ganadas,
en la arena o en la cama,
las salidas,
las llegadas,
el café frío en la mañana,
el beso en la frente,
ese “what the fuck is wrong with you?” en silencio
pero esa noche quiere hacerme el amor.

Me visto de remiendos,
parezco un mar tranquilo
y muero de desamor.

Del poemario Mar de (L)una (ILBA 2019. Oveja Negra, 2017)[/symple_toggle]

[symple_toggle title=»XXXII.» state=»closed»]

A ellos

Soy la amante de Frida,
de James Joyce,
de los besos nocturnos de Lorca y su luna,
de Picasso en las sábanas que no vio con ella,
de los versos que me invento en cauce,
de los pulsos que se agitan, mientras respiro en tu ausencia,
ese hombre inmortalizado en la Plaza Nouvel,

Soy la amante de las violetas sentadas en tu ventana,
del ángel sin mi nombre que se parece al mío,
de las rosas amarillas que les dio vergüenza seguir siendo mariposas,
de tu tatuaje que aún no llega.

Soy mi amante,
amante de tu nombre en mi boca,
de mi flor polinizada,
de tu tallo color ámbar,
del gemido naranja,
del invierno que no cesa,
soy mi amante.

Del poemario Sin nombre (Oveja Negra, 2019)[/symple_toggle]

[symple_toggle title=»ECOS DE KABUL» state=»closed»]
La niña que me habita me mira desde Kabul
.              con piedrecitas dibujamos una rayuela
nos tomamos de la mano y cubrimos los ojos que lloran
cruzamos los brazos y brincamos caballitos de dos en dos
lloran los ojos de las niñas
la niña que me habita llora
por ella y por las demás.

Jugamos a ser grandes
.              dos muñecas de trapo nos arrullan
ella con su cara cubierta
yo con mi cara al sol
sus lágrimas no paren pétalos de flores
me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere
ella con su cara cubierta
yo con mi cara al sol.

La niña de Kabul me habita
en mis sueños grita por su nombre
ríe, canta, escribe y lee mis poemas
el lápiz se cayó de mi oreja y no alcanzó para las dos
ella vive en mi costado izquierdo
.               la niña me llama
se muestra como epifanía al viento.

El miedo de la niña es el miedo en todas otras
lloran las dos lloran
se ha borrado la rayuela
y no quedan piedrecitas en el mar.

De la antología Once vuelos de libertad (Snow Fountain Press, 2021)[/symple_toggle]

[symple_toggle title=»XLV.» state=»closed»]

Cuando la parca se perfile con sus rosas,
con un poco del güisqui tan solitario de la tienda de Don Lucas,
me vestiré de pepas amangualadas,
de zapatos con rotos y suelas cansadas pero muy míos,
con mi pelo blanco,
una blusa rasgada a media mañana,
y mi todo frente a la casa que se quedó sin azul y sin Fermina.

Me vestiré sin bragas,
con el poco pudor que me avecina,
abrazada al eco de su voz con el color de las violetas,
y una perla que se ríe en mi garganta.

Cuando el niño encuentre su pelota vieja,
y el amor se vuelva a teñir de azul mar,
caminaré con la frente en alto,
con los senos empapelados de versos lamidos en el entretanto,
y mientras tanto,
el árbol se mecerá con hojas doradas de un otoño que no acaba,
de una estación que no espera,
de una esfera con un halo que gira sin distancia.

Cuando lleguen las cinco de la tarde o el caballo de Troya,
Penélope no esperará a Ulises,
y yo apenas habré levantado una copa por Odiseo,
mientras él emprende su regreso a Ítaca,
.        y la urbe descansa en su bondad.

Del poemario Sin nombre (Oveja Negra, 2019)[/symple_toggle]

[symple_toggle title=»DESOLACIÓN» state=»closed»]

No hay “Desconsuelo” más perfecto,
que el tallado por las manos de José Llimona (1864-1934)

Museo del Prado, Madrid · Verano 2015.

Allí,
abatida sobre el frío,
con su sexo gélido,
desolado,
el llanto seco de soledad,
y el alma muerta
.           de desconsuelo.

Del poemario Mar de (L)una (ILBA 2019. Oveja Negra, 2017)[/symple_toggle]

[symple_toggle title=»RESPIRO» state=»closed»]

Mi alma se vuelve alba cuando llegas
el brillo de tus dedos cuenta los destellos de mi voz
r e s p i r o
el ocaso maduro canta con el fin del día
un enunciado parece parábola
insoslayable
se adentra al rincón de mi costilla y me hinco sin defensa
cuando te amo
.    ser de mi luna ensimismada
r e s p i r o
la divinidad de la noche
en medio de un rosario de besos
en la omnipresencia de tus palabras
.    sin conjugar
balbuceándome la mirada
en tu ángel dormido sobre mi regazo
en cada mezcla de aire
r e s p i r o.

Del poemario Se llamará piedra (Sudaquia editorial, 2021)[/symple_toggle]

6 comentario en “Especial feminismos: Fermina Ponce”

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