«La vibración del mundo», nuevo poemario de Ramiro Gairín

La vibración del mundo de Ramiro Gairín (ficha y portada)

 

Ramiro Gairín Muñoz (Zaragoza, 1980), casado y con un hijo, vive en Fiscal, un pequeño pueblo del Pirineo aragonés.

Es ingeniero de montes especialista en hidrología y drenaje y ha publicado hasta la fecha trece de libros de poemas, siendo el más reciente La vibración del mundo (RIL Editores, 2025).

Con su anterior entrega, Carreteras que brillan en el bosque (Reino de Cordelia, 2024), obtuvo el Premio de Poesía Ciudad de Salamanca y fue finalista de los premios Ciudad de Churriana y de la Crítica Aragonesa al mejor poemario del año. Ha obtenido otros premios como el Ciudad de Arnedo o el Ángel Miguel Pozanco, y resultado finalista en el Gil de Biedma, José Hierro o Pilar Fernández Labrador.

De su producción anterior se pueden destacar Que caiga el favorito (2011), Por merecer el día (2013) y Lar (2016)todos en la colección «La gruta de las Palabras» de Prensas de la Universidad de Zaragoza—, Aguanieve (Isla de Siltolá, 2015), Llegar aquí (Versátiles, 2020), La ciudad que no somos (Polibea, 2020) y Tiempo de frutos (Piezas Azules, 2022).

Sus textos han aparecido en revistas culturales como TuriaCaracol NocturnoRoldeEñe o Casapaís, y sus poemas y haikus se hallan incluidos en una decena de antologías.

Los cinco poemas que compartimos con vosotros provienen del último libro del autor, La vibración del mundo (RIL Editores, 2025), el cual está en circulación en librerías españolas desde hace pocas semanas.

 


La sala de los corazones

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Quizá toda la angustia
del hospital se drena en esta sala
que espera cuando algo no va bien.

A los niños que salgan adelante
les contaremos cómo fue vivir
en esta distopía
sin épica ninguna.
Cómo las mascarillas espesaban
la lengua de los ojos.
Cómo entraban las madres solas
a escuchar la sentencia.

Pero también que, a cada rato,
exagerados por los altavoces,
como un viento cosiendo las distancias
malditas de seguridad,
tronaban los latidos de los fetos,
dormidos en su líquido,
hasta que al padre hallaban aquí fuera.

Esto es lo que pudimos oponer:
un nuevo ejército de vivos.
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De La vibración del mundo (RIL Editores, 2025)

De cuando el mar te conoció

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Aquí atardece y es febrero.
Sobre los pinos tiende el cielo
esas nubes, soltadas en verano
en alguna otra parte,
que se traen el color de las granadas.

He soñado esta noche
quizá con el momento decisivo:
arrimarme a la orilla,
llenar de agua salada
el cuenco de las manos
y echártela en los pies.

Y no te has asustado.
Recuerdo que reías.

He convencido al mar
para que se acercara a conocerte.

El mar que siempre te fascinará
porque, como nosotros,
vas a venir al mundo tierra adentro.

Ese mar que ahora mismo estás oyendo
en la carne del cuerpo de tu madre.
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De La vibración del mundo (RIL Editores, 2025)

Registro

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Primero edificamos el amor;
a la intemperie, sobre el parteaguas
(nombre del padre, nombre de la madre),
acarreando tiempo,
creando nuestra propia geografía
(los titulares de este libro
han contraído matrimonio…).

Nos hicimos también con esta casa
(dirección, ciudad, código postal);
una nave espacial que aterrizamos,
que pusimos a prueba
(cuota fija, consumo bimestral),
que llenamos de huecos, suelo, escamas,
arañazos que forman un celaje.

Y aquí, y con nosotros,
pues has llegado tú
siguiendo el rastro de las migas,
hasta donde la vida determine,
vivirás
.            (hijo: nombre y apellidos).
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De La vibración del mundo (RIL Editores, 2025)

Leones jugando

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Mamá descansa en otra habitación.
El tiempo nunca más va a dividirse
en días laborables y festivos.
Ya nunca más será la vida
la tarde de un domingo.

Pensaba en aquel juego
de un león y su cría
cuando se complicó el final del parto.
Sus mordiscos, sus garras,
cuando tú no podías recorrer
esos treinta centímetros
y yo contaba cuántas
veces treinta centímetros sumaba
de baldosa en baldosa,
inerme al otro lado de la puerta.

Doy por bueno el camino.
Ahora, aquí, a las dos de la mañana,
ya no vale asomarse: hay que tirar los dados.
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De La vibración del mundo (RIL Editores, 2025)

La tarea

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Sujetar la cabeza del bebé,
he ahí la tarea decisiva.

Velar la formación del Universo,
salvar lo único tuyo que tendrás,
el manantial que explique la mirada.

La cepa de la luz.

Y también el lugar donde quizá
nos sigamos cumpliendo
cuando ya no seamos.

Nuestro punto de encuentro en el futuro.
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De La vibración del mundo (RIL Editores, 2025)

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