Cinco poemas de «Esqueletos» y dos inéditos de Ángela Briceño
Ángela Briceño (Tunja, Colombia, 1987). Escritora, periodista, profesora de lenguaje. Transitó el periodismo narrativo escrito y la producción radial literaria en su ciudad. Su escritura se sitúa en el relato corto y la poesía, explora la relación cuerpo-escritura. Ha publicado el libro de poesía Esqueletos (2022), con Editorial Exilio, así como una serie de poemas y microrrelatos en diferentes antologías y revistas impresas y digitales.
Invitada a encuentros y festivales como el 12º Festival Iberoamericano de Poesía, Fusagasugá (2024); el 6º Festival Internacional de Poesía Joven Jauría de Palabras, Bolivia (2024); al 30° Encuentro Internacional de Mujeres Poetas, Cereté (2023); al 7º Festival Internacional de Literatura Carmina, Tunja (2023); al 32º Festival Internacional de Poesía, Medellín (2022), entre otros encuentros. Gestora del encuentro anual Mujeres Poetas de Boyacá (desde 2023) y compiladora del Primer Relato Poético de Tunja, de la autoría de un grupo de jóvenes tunjanos menores de edad (2023).
Algunos trabajos de poesía visual y performance: Acción poética Esqueletos, Festival de Danza Contemporánea y Artes Vivas Geografías Corporales, Tunja (2023); Veneris, XXI Salón de Arte Religioso, Tunja (2021); Un peregrinar de los leprosos, 48º Festival Internacional de la Cultura, Boyacá (2021); Apenas una palabra, Performance relacional, Brasil (2021); Los pasos del tren y Videopoema del cuerpo para la libertad, Programa Departamental de Estímulos Boyacá (2021).
Virtual
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Cuando me sacaron los ojos,
. trabajo del tacto
volvió más lentos
. los movimientos de cada articulación
Reconocí por primera vez
el marco de una ventana
helada
aún sin ser de noche
…Atravesé
Plataforma o tiniebla
¡oh, noche mía!
apenas puedo
levantarme
Despoja
de todo mantra de todo aliento
esta reiteración
que es acaso el mismo cuerpo
No reconocí
sensación igual
atrás
Cuando
las motosierras
—yo era árbol—
cortaron mis manos
pude escribir
Oí eucaliptos en las llamas bajo leñas de la noche
grietas feroces
sin pulmón
En cada sílaba presentí
tres versos deseados
y el aire espeso
no la niebla
lápices de colores
un caparazón que lamía
. penúltima pulsación
Oí las uñas incrustándose
en la tierra de una planta
sin nutrientes
Oí el respiro de su sed
¡y qué será de ti!
Planta muda, seca, muerta
Cuando el mutismo me abrazó… soñé en azul
Oí la noche en que
los cisnes eléctricos
descendieron
Su chispa encendió los cigarros
de un suicida
Oí el lamento
de un hombre
atacado por un niño
gigante que reía
macabro y dulce
¡dulce niño mío!
Oí las latas que se abrían
¡Ten piedad de mí!
gritó mi sed a su efervescencia
pude escribir
Oí indiscreta los secretos
de Yenkary a las estrellas
Hondo, muy hondo
tan hondo
Escuché la voz de una mujer de plata
que cantando alto
no medio
Más allá del alto más alto
Abierto
Abierta boca
Abierta noche del concierto
calculo tres metros
Micrófono abierto
jadeó con la palabra libertad
Oí el silencio y el suspiro de vehículos cansados
Sin querer se congelaban
en el gris de una ciudad
Oí los grillos
Oí la noche de una niña
o ya las lágrimas caer
en un borde de lata
en donde no hubo ventana
Oí martillos y las puertas que se abrían
Sentí las púas en mi cuerpo ya sin carne
Pero en los días
del color de esta ciudad
las máquinas oí llorar, oí llorar
Detenido aullido
tal vez descomponiéndose
Oí sus rótulas de óxido
tratando de proveer el movimiento
¡vengan a mí, vengan a mí!
pero no hubo agitación
no pude oír
Marché en el ruido
de las cuerdas destempladas
Aprendí a ser trapecista
Equilibrio en el mareo advertí
Oí las grietas
Que surcaban
Más choque
Más distancia
entumeciendo
Oí la noche como escarcha cayendo
Cayendo
Cayendo
Cayendo más azul que lo profundo
Y aquí me sumergí
Cuando encontraron mi cuerpo inerte
Semilla seca
fui
y junto a otras cortezas
sin dar señal de muerte
he permanecido
Cuando algo tan fuerte
como el latido
nos hizo falta
Cuando nos desconectaron de la noche,
aprendimos a decir:
y tanta luz, tantas palabras no supimos ya vivir
.
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De Esqueletos (2022)
Avenida cero
.
.
Rotos kilómetros
anidaron tu paranoia
sollozo inmóvil
persecución, percusión
. del otro lado de los párpados
. taladra
Rendirse
o regresar a casa a pie
silente jadeo
vacío de sombras azules
. No mires atrás, las luciérnagas te esperan
.
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De Esqueletos (2022)
Los pasos del tren
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. 1
Setenta y siete huellas de vagones
Historia de cargas
memorias de pasajero
Setenta y siete huellas de vagones y más
No cesa el tiempo
. Golpeteo de lluvia
Apenas nazco
danzan mis ojos
Conocí el movimiento
No fue aún la rueda
Conocí la herida de la luz primera
Cuántos vagones
tantas escalas
Cuántos pasos
Pasa
No pasa
Púas amenazan
Aprenderé a saltar
.
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. 2
Ruidos metálicos
Rechinar de insectos
Rechinar de canciones
Guillotina que tritura
cuerdas destempladas
El anuncio de una estación desconocida
Tímpano herido
Máquina: este poder de hierro y vapor
.
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. 3
Madrugada nublada
madrugada helada
O esa electricidad que da al ritmo
sonido de los rieles
Máquina: poder de hierro y vapor
Vapor de boca
Vapor de frío
Vapor de madrugada nublada
Rumor de estación
Norte o sur
resbalar de vagón
Niebla
Madrugada helada
Halo de sílaba
Exhalación
.
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. 4
Donde se encuentra el óxido del cuerpo
araña la mira
teje sin sincronía
cuando era niña
escuchaba el tren pasar
y no lo veía
. eco de grillo a pleno mediodía
canto que lleva frío
tejido que lleva frío
donde hay más óxido
araña
la mira
. grillo a pleno mediodía
cuando era niña
.
.
. 5
Una rueda fue
y yo
insecto de compañía quise ser
no pasaba el tren
Caldera fundió el acero
A más de mil grados sobre cuerpo
Y yo
Insecto de compañía quise ser
Crujía la espera
En mi otra hoja seca
Solté las escamas
Penúltimo aliento descargué
Una rueda fue,
partió mis alas
insecto de compañía quise ser
.
.
. 6
El tren partía
Cortado el fuego
No se alcanzaban a despedir:
el viento, de los cielos
las hojas secas, del tiempo
las alas, de los cuerpos
El tren partía
Ya era la sombra de otro sueño
que la niebla todavía desprende y lleva
Lleva colgando
Nuevo mandamiento:
Después de la disección
no regresar en otro sol
.
.
. 7
El sol más tarde
Las piedras ardientes
ansiedad
.
. el ser concreto
carrilera
una estatua que no deja de mirar
las flores cansadas
.
. el ser instintivo
el deseo del agua
o de una rueda original
El ruido inerte
una piel con frío
robó contracción
los brazos dormidos de una piel con frío
las manos colgantes en los brazos de una piel con frío
un dolor que no nace
una espera
la boca descubierta
una orilla caliente
una oreja caliente
el sonido Anuncia
una partitura destrozada
alas por el sol heridas
La punta del pelo
la punta del lápiz y la sed
. la punta de la lengua
tu aire espeso Enuncia
Y el tren que no llega
el tren
tren que no llega
que no llega
. no llega
No
.
.
. 8
Pero alcanzábamos a sentir
la presencia de los vagones
nueve fragmentos
se movían con nuestra sangre a lo lejos
. Acaso tuviéramos una sangre
el aire helado de las cinco de la tarde
los traía lentamente
invocación sorda ya
anuncio del llanto de sus flautas
inhalábamos un poco más despacio
ya no teníamos una imagen para volver
soñamos o lo vimos andar
nuestro caparazón es hoy
una lata cansada y sin óxido
Porque alcanzamos a sentir la presencia del tren
.
.
. 9
los caminos cementados no dejarán de extenderse
el aire cesará
las partituras disonarán
los insectos tejerán su embriaguez, los caminos
opuestos se achicarán
el tren
llegará, no llegará, llegará, no llegará
dos segundos después
lo esperaremos
. debajo de este mismo riel
llegará, no llegará, llegará, no llegará
llegará
.
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De Esqueletos (2022)
Ella da play en el momento exacto
.
.
Acaricio un pez en el aire
reconozco su contorno
húmedas púas escurren del centro de mi palma
. inquietud o calma, no me decido
El animal vuela
cae en el centro bruscamente
aletea inquieto
habita este río, lo recorre
Agua es el cuerpo
Agua es tu cuerpo
Agua es mi cuerpo
Sangra este río: el pez nada, reconoce
se mueve automático desde mis dedos
hacia las venas
Soy agua turbia: el pez salta de vez en cuando
corta el movimiento inesperadamente
No identifico el color de su piel
quiebra el hielo rojo que hay en mi garganta
me mira
me mira a los ojos
me mira fijamente
me mira con terror
—¿qué es lo que pide a gritos esta cervical destartalada?
—¿Cómo? No le escucho
Agua es el cuerpo
Agua es tu cuerpo
Agua es mi cuerpo
El pez se calma: aún vive: respiro
lento nadar: concentrado aliento
Logro conexión
. Salivo, sangra este río
Ella da play en el momento exacto
y el pez logra salir, palpita
ahora mismo se decide a danzar en círculos sobre mi coronilla
.
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De Esqueletos (2022)
Emma Paulina
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*
Tu mano silenciosa tiembla
preparas la punta del dedo corazón. Señalas
me expones, apuntas, entras bruscamente
la pecera tiembla, sufres -yo no-
mis ojos quietos muerden tu esperanza
que pretende reinar en mis escamas putrefactas
Raro instante, agua helada
que mata el mecanismo
de estas branquias agrietadas
aletas atrapadas
vuelvo al agua, dolor inmóvil
mis ojos de vidrio cortan tu mano humana
bebe tu sangre, bebe, sigue bebiendo
un poco más
siempre me gustó tu sabor del otro lado del acuario.
**
Renacíamos empapados
tu brazo débil me atrapó, mi hélice aún vibraba
Suplicando quise escapar del paso inerte en río cristalino
Sostuviste en una mano tu latir que fue impulso
y morí escurriéndome
entre las falanges tibias de tu otra mano
Me diste la tierra, fuiste tierra
mi tierra
noche seca que bendijo el granizo
Mi cadáver distraído deseó
contemplar hasta el final el banquete de los gusanos
me hundí, reposo granular
Y mi semilla fue regada una vez más y fui raíz
y abracé tu corazón que yacía cerca.
***
He dormido sobre las fábulas añejas
de tu estancia
reconozco cientos de figuras en el moho de tus sábanas
suave y blanda carne
plato en tu mesa soy esta madrugada
me atrapa tu mandíbula enorme
sigo en la orilla el paso que seduce
que bordea
que es abismo y derrumbe y caos
caída sin choque
vuelvo en ti, sigo
Tus dientes despedazan mi penúltimo aliento
fumas en tu pipa de plata las cenizas de mis espinas
voy llegando y somos humo
me contienes
salgo en el vuelo de las 6:00 a.m.
me miras y acaricio tu ojo púrpura
desaparezco espeso dibujando
con mis colores sin punta un verso en tu lengua.
Mis manos y mis plantas, raíces desesperadas
no pueden adherirse
no aterrizo
me fal tael ai re del agua
tu noche me arranca del viento
me halas con violencia y despierto
escurriendo aún en ti, empapándote
Aquí estás, adherida a mi costilla de espinas
abrazada a la tierra
tus ojos dan un paso, ya no aleteas, tu corazón se ahoga
te paralizas, dudas si huir o entrar
estás a tiempo
Nunca sabré si llegarás al fin.
.
.
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De Esqueletos (2022)
Migras
.
.
A la mitad del camino de la vida
cambias el rumbo a fuerza, resbalas
en un valle de arenas movedizas
que no tiene piedad te encuentras
hoy las palabras van perdiendo todo acento
Alguien ha olvidado todo tipo de prendas
todo tipo de pieles, de sueños aquí
algo quiere nacer y te abraza los pies
sigues hundiéndote en este barro rojo
. pesan los pasos
Aunque el andar es imposible
no caes, padre hijo hermano
no serán el sueño o la muerte aún
Todo dolor se pasma y un rastro de vida
o acaso la luz que permanece, te impulsa
Nunca te atreviste a imaginar
las brasas así en tu propia carne mientras andabas
Sol de fuego y, sin embargo
manos heladas conservas en los bolsillos, sigues
Pocos círculos más te esperan
. Pocos círculos más te esperan
. Pocos círculos más te esperan
. Pocos círculos más te esperan
Recuerdos que apuntan en medio del Viento
pasan frente a tus ojos
tanto duele partir hacia el silencio
Desaprendizaje sendero desprende
algo de aliento permanece y la Sed
Largo es el tiempo de los pasos dices, padre hijo hermano
Y a diferencia de las aves
o las mariposas monarca
buscas el frío
y este camino en tierra y lodo
lluvia de incendio y tristeza
seca tu cuerpo
no sientes el equipaje en la espalda ya, estás ardiendo
Ninguna mano se acerca
no hay un nombre que se tienda para ti
nadie te llevará a la orilla de este río de fango
Ya casi llega la noche
y una plegaria
del otro lado de la frontera te impulsa
Cierra los ojos
. escucha el coro:
. Pocos círculos más te esperan
. Pocos círculos más te esperan
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Inédito
La mujer metatarso
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. (Piso de noche brilla con las luces del poste. Algo fresco y vaporoso, que se
. presume orines, cae de una puerta verde en la casa esquinera. Sobresalen algunas
. puntillas del andén de mineral rojo).
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.
.
La mujer metatarso
me ha dicho su nombre en un sueño
y lo he olvidado
la plaza
la carrilera
los puentes en este plano
tienen su huella
—Te oigo, puedo escucharte, pisas las hojas secas –(Pavimento helado. Media noche).
¿Sientes el frío? ¿puedes leerlo en el vapor de mi boca?
. (Rayo atraviesa la escena. Ruido estremece las rejas. Luces desaparecen:
. oscuridad total reina: sobresalen extraños chillidos que vienen del otro costado del
. cementerio central).
. —U – iii – lliii
P. e. t. rrrr. a
. iiii. lliiiii
uilill
Hablar con las estatuas del centro
Recordar la mutación a. m. p. u. t. a. c. i. ó. n:
huevo de lata no
piel que renace -escamas resecas- ya no
—¿De dónde es que vienes tú? Se-pa-rar-los-la-bios-más- De-cir-más- Ve-nir-más-a-cá-
Ve-nir- ¿de-dón-de-vie-nes-tú?
Hay algo de su origen
en máquinas de otro tiempo
En el segundo justo
del vértigo azul
renació
Solo la lengua de los hombres de lata
Resistió
tanta luz en la piedra
dolor que complace aún
en su interior
Ola craquelada
nunca murió
. (Un segundo rayo refleja la sombra de un tronco seco que se estremece. En medio
. del silencio, aparece -ritmo impecable- la carreta de las ruedas cortadas).
Alimentarse de cuerpos heridos, no
no vaca, no ave, no pez
Lamer
Destrozar con garras de acero una armadura:
Qué chatarra oxidada te ha dado vida
La mujer metatarso nace en la era fármaco-meta-emocional
Pero no siente.
. (La máquina se prende).
Cartílagos se tiemplan
grados de dilatación
nunca antes vistos en un armazón así
—Caminas automáticamente. Una vez más tu huella te delata. Luces que vienen de arriba
presientes-mientras-suceden.
Siempre soñó acariciar
la piel de la luna
y una vez imaginó
que era dura (que era dura)
Membranas de inentendible materia
adheridas no quieren sentir otra cosa
que abrazar el frío
. (Ruidos rechinan. La máquina empieza a andar).
—¡Espera! Aprendiste a sentir y aún no tenía un nombre para ti.
Taladran,
Siguen taladrando la ciudad
no pueden más los tímpanos
. (Madrugada craquelada. Cables azules que son límite. Fronteras que hacen de
. venas cuando la brisa es helada. Suena Bjork).
—¿Despegarás? Es tan eléctrica la noche que no quiero que termine.
. (Cuerpo. Cada pulsación es distante. Pasa el tren y tapa todos los ecos del
. parlante).
—¡Bah! Esperé tanto para escuchar las voces, para encontrar tu voz.
La carrilera
de espíritu ambulante la llama
Se levanta lentamente
traquea todo su cuerpo
Había traspasado su tiempo
por ir muy lento (por ir muy lento)
Ella, eterna caminante
pero no tiene voz
va sola
Camina -no indefensa-
a veces con el eco de la fuente
transita despacio
con un parlante
Pero no tiene voz.
Nacer en esta era
cuando los cuerpos eléctricos inundaron su verbo:
¿renacer?
La palabra dentro de sí quiere ser
No de un sol cualquiera
no primavera
a medianoche, sin partera
incubadora incierta
terrario sin suculenta
grita al llegar al mundo
pero no tiene voz (pero no tiene voz)
.
.
f – r – i – g – u – ssss
.
.
Una vez más
se presiente presa
de algo que parecen espasmos de una falla de programación
fiebre que subió tan alto
y ahora cuesta descender
—Alcalinizaste tu cuerpo hasta el límite. Las visiones se apoderaron de momentos
inesperados, podías oler presencias y ver rostros frente a tus ojos
O esa falla de programación
No hay oídos para tantas voces
que temblando
cantan
Y el tiempo, ay, el tiempo
No esperará nunca más
todo esto ya lo has vivido
Sentiste mi desnudez helada.
Halo de intuición, espíritu de lata
Que se pronuncia
pero no tiene voz.
. (El linaje de la mujer metatarso resplandece en la luz de una vieja lámpara, en la
. famosa calle de una sola dirección).
Un golpe intempestivo
Cerca, muy cerca de la nuca
la despertó de la ensoñación
Otra noche de ritmo epiléptico
La mujer metatarso
no se alimenta
pero hoy tiene sed (pero hoy tiene sed)
—En el garaje, el ruido estridente que te fascina, va llegando al ritmo de la construcción.
A cada regreso del tren
permanecer cerca de la carrilera
algo en el centro de su estructura
nunca más fue igual
cables de punta, ruido de lata
rueda de lata.
Progreso
. (Cuerpo. Un movimiento tan lento. Inevitables Fragmentos no muy cansados. ¿Una
. nueva especie? ¿una nueva clase de mareo?).
—Sigue su juego, pronto. Algo, esa lucecita en ti, siga su ritmo. Progreso
. (Espasmos contundentes que apuntan con decisión rompiendo el aire. Sube la
. noche. Las chispas de luz de la construcción no se apagan).
—Saltas, te veo. Te acercas a los hombres de piedra. Tu sombra se me antoja la de un gato
que pronto se expande.
. (Cuerpo. La mujer metatarso se inclina bajo la luz amarilla de faroles quebrados).
—Me descubres. No saltes porque entonces despegaré.
Nadie advirtió fluidos en su andar
La mujer metatarso se acerca
expone su mirada
quiere llorar (quiere llorar)
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Inédito