Una muestra panorámica de la poesía de Camilo Restrepo

Camilo Restrepo Monsalve (Medellín, 1987). Poeta y editor. Magíster en didáctica de la lectoescritura.

Es autor de los libros de poesía El espacio que me habita (Mención de honor en el Primer Premio de Poesía Joven de Medellín, inédito, 2011), Felonías (2015), Las rutas de la sangre (2016), El hueso de los días (Nueva York Poetry Press, 2020), Alguien muere de blancura. Antología personal (Cununhueno Editorial, Valparaíso, 2023) y Alas de flujo —plaquette— (Traducción al bengalí por el poeta G. K. Nath, Calcuta, India, 2023). Su último libro se editó entre Bogotá y Buenos Aires con el título de Padecer la luz (Escarabajo Editorial y Abisinia Editorial, 2024).

En 2016 obtuvo el Estímulo PP Cultura para la publicación de libro de poesía de la Alcaldía de Medellín, en 2020 obtuvo el V Premio Nacional de Poesía Tomás Vargas Osorio y en 2023 obtuvo el Premio Nacional de Poesía Henry Luque Muñoz sub 35 y también el Premio Nacional Poesía del recuerdo y del olvido (Casa de Poesía Silva).

Camilo Restrepo ha ganado, entre otras, la Beca de circulación internacional para artistas 2018, otorgada por la Alcaldía de Medellín. Compiló la antología Luz sin estribos: 35 poetas colombianos/35 poetas cubanos nacidos a partir de 1980 (Nuevas Voces Editores, 2019). Dirigió Telúrica, revista semestral de poesía del Colectivo Nuevas Voces.


El principio fue agua

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El aliento discurría
a través de las corrientes
moldeando un cuerpo
para sí mismo

No había luz
ni ojos
sólo movimiento
células multiplicándose
deseo de morar
en el deseo del Otro

Luego
esta versión de la vida
reducida a las cuatro esquinas
que forman el mundo

nostalgia de olas
y esquirlas de un paraíso
que todavía nos duele
en la cicatriz del vientre
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De Padecer la luz (2024)

Oda al hueso coxal

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Cóncava
la piedra se ofrece
cuenco de placer
y salvación

Las serpientes ascienden por sus cavernas
profanando los espacios ocultos
cavidades que resguardan
el veneno más dulce

Ancho coxal
tu boca fue labrada
por capricho de los dioses
vida y muerte
descienden de tu seno

Ocultas el perdido Excálibur
al desprender la espada de tu carne
estalla el universo
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De El hueso de los días (2020)

Constelaciones

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una mano
riega las estrellas
en el cielo

y con hilos de silencio
las sostiene

podríamos decir lo obvio:
que se trata de dios
pero él no tiene tiempo
para esas cosas

todos sabemos
que prefiere dormir
mientras nosotros
quemamos el paraíso
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De El hueso de los días (2020)

Mito de la mano

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Cuando el primer hombre cerró la mano
lo hizo para ocultar su temblor

Al abrirla liberó
una parvada de cuervos
que anidaba entre sus líneas

Y sobre su palma cayó entonces
la primera gota
imagen del futuro desprendimiento

Al notar la vibración de los dedos
el desnudo animal
comprendió la diferencia con la roca

Aquello que se fugaba
era el tiempo
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De El hueso de los días (2020)

Tatenokai

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El canto de un solo pájaro
contiene la cadencia
de todos los poemas
escritos a través de la historia

El filo de una sola espada
basta para derramar sangre
de todos los humanos

Los escudos detienen el curso de la luz
y bajo su sombra yacen
los despojos del hombre
que abrió su vientre como una concha
para enseñar al mundo
la perla de su alma

Junto a su cuerpo
reposa el amor decapitado
la debilidad de sus brazos
traicionó el testamento
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De Las rutas de la sangre (2016)

Yerma

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La muchacha
prepara su pecho para ser bebido
por las bestias que habitan su sangre

Empapado en vino
un pequeño animal
vendrá en la noche
para morderla
y perturbar su sueño

¿Es realmente dulce su espera?
¿Justifica la muerte de su marido?

Agujas de plata para clavar al amor
hasta volverlo un acerico
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De Las rutas de la sangre (2016)

La mujer de tu interior

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I

Búscala en la estancia más oscura de ti mismo, allí donde siempre es de noche. La luna incrustada en las paredes de tu alma iluminará la ruta. Cuídate de andar sobre los bordes afilados por los que caminan tus fantasmas, pequeñas cucarachas del olvido.

II

Ella se desnudará mientras giran las ruedas de tu infancia, oyendo el trepanar de tus tacones en el piso. Como gesto de perdón, lamerá el filo del cuchillo con que tantas veces tratarás de asesinarla. Sabe que no hay otra muerte dulce que la proveniente de tus manos. Ella es la condena de tu cárcel.

III

Ella anhela salvación pero no teme. Hurga entre sus piernas para hallar el talismán, la estratagema, lengua de tigre con la que te lame y te devora. Ella es quien de noche te masturba, come las galletas por tu boca en la mañana y luce orgullosa los aros plateados de tus ojos como soles, como heridas.

IV

La mujer de adentro pide poco; solo necesita un baobab para orinar bajo la sombra y mantener la vulva abierta para que respiren los hijos que nunca tendrás. No necesita de los gestos, corre desnuda por tu pelvis y te besa el sexo con la boca de tu amante. Nunca envejece, está condenada a morder eternamente los barrotes de su celda, porque sabe que su vida y muerte son las tuyas, y su deseo también. No te pide besos ni caricias, solo quiere que la dejes asomarse por tus ojos, para contemplar otras mujeres interiores y rezar con ellas un rosario para apaciguar su soledad.
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De Felonías (2015)

La metamorfosis

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En el espejo su cara resplandece. Su tronco cae, se parte; su piel astillada se clava en los ojos de la noche. Hay una metamorfosis en el barro de sus huesos. Con sus manos labrará la entrada a su verdadero espíritu: maquillaje que acaricia las estrellas, Marilyn y Greta Garbo se revuelcan en sus tumbas, aplauden, aúllan, se retuercen, manosean sus pezones duros, sus pechos encajables como piezas de puzzle; piedras de amor donde se realiza el sueño.

Pelucón platino que huele a polvo de arrabal y a esquinas minadas de olvido. Escotes con olor a luces de parque y lágrimas de ángel, Zapatos con tacón de espada que hieren el asfalto. Calles que sangran tras sus pasos. Corazones incendiados. Maniquíes que caminan. Pantimedias que hieden a perfume barato, alcohol y marihuana. Labios que saben a sudor de verga, semen y besos con cuchillas bajo la lengua. Sexo de gasa dentro de una tanga manchada de tristeza. Piernas que se arquean en los cuartos de motel.

Hay lentejuelas en sus ojos, rubores de fuego en sus mejillas, escamas de serpiente alfombran su morada. Otro hombre la espera entre los autos.
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De Felonías (2015)

Ficciones

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Pasan los días
y el amor se hace
en camas prestadas

Siempre la misma faena
la rutina de muertes pequeñas
donde las ciudades se pudren
en un monótono ejercicio
de amores ficticios
mientras el alma se seca
en el crujido de la carne
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De Felonías (2015)

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