Cuatro poemas e ilustraciones de «Conjuros: El pulso del agua» de Oscar Díaz Antillanca
Oscar Díaz Antillanca (Valdivia, 1989) es un poeta y escritor Mapuche. Reside entre Valdivia y la localidad lafkenche de Chaihuín, Chile. Profesor de Literatura, Filosofía, Magíster en Educación y Mentor del CPEIP.
Ha publicado la novela de ciencia ficción Mapuche Kalfü Kimün: La leyenda del sabio azul (2023), con la que obtuvo una mención honrosa en la categoría Mejor novela de ciencia ficción en los Premios ILBA 2024, además del poemario Conjuros: El pulso del agua (Áurea Ediciones, 2024), ganador del Fondo del Libro y la Lectura 2024 en Chile y Medalla de Oro en los Premios International Latino Book Awards 2025 (ILBA) en Estados Unidos, en la categoría Mejor libro de Poesía en la literatura en español, inglés y portugués.
Poemas suyos fueron seleccionados en la antología colectiva Historias de Nuestra Tierra (2023).
Es autor del universo literario «Kalfüverso» ha sido destacado por su originalidad, voz poética, exploración en la tecnología, rescate del conocimiento mapuche antiguo, inclusión del mapuzugun (también conocido como mapudungún) y respeto profundo por la naturaleza, lo que ha significado que su obra sea seleccionada por el catálogo de bibliotecas escolares CRA, llegando a las aulas de jóvenes lectores, que se han enganchado con su propuesta llena de acción, poesía, ilustración, música y sabiduría.
Los cuatro poemas que ponemos a vuestra disposición pertenecen a Conjuros: El pulso del agua (Áurea Ediciones, 2024) de Oscar Díaz Antillanca, los cuales están acompañados de sus respectivas ilustraciones, que estuvieron a cargo de José Canales, tal como en la edición en papel del poemario.
II
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Desciende la lágrima de astros
en la danza de los abismos primordiales,
se sueña estero,
se alivia en río,
se piensa océano entero.
En la espera de sabios en sales,
de lúdica melodía
invoca el mar de los cantos.
Era una ilusión,
anhelo de dulzura que rompe
el orden de texturas innombrables.
En la tela de dimensiones oscuras
y olvidadas,
se soñó primero
o se soñó después,
una esperanza líquida
alterando el sentido de los espejos.
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De Conjuros: El pulso del agua (Áurea Ediciones, 2024)
XII
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Van sucediendo los amaneceres
y después seguirá su rastro el porvenir.
Vienen,
giran
y van.
¿Llegarán las fortunas o los pesares
en tu manto de algas,
diseñados para cada ocasión?
¿Cabe en tu boceto de sistemas lunares
la programación para la calma
y el absoluto bienestar?
Es artificial el hueso
o quizás el hielo del vientre,
la armadura pétrea de cuatro cuernos,
quizás más orgánica que el sol,
un sol construido de coihues y alerces.
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De Conjuros: El pulso del agua (Áurea Ediciones, 2024)
XIX
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Caudal humeante del latido inicial,
navegando en la prisa del mar de ensueño.
Palpitar amatista del espejo temprano,
que en su huella nos legó el pasado
y en su asombrada búsqueda
—conoció la leyenda—
cual enjambre de olas
en la negrura de mundos inhabitados.
Plataforma mojada y tensa,
flotando y cortando el tiempo.
Lenta, suspiras.
Vieja, lamentas.
Estelar, te contentas.
Quieta, respiras.
Murta y maqui, repiten los Kimche.
Maqui y murta, repiten los Norche.
Preparando el telón de la vida misma.
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De Conjuros: El pulso del agua (Áurea Ediciones, 2024)
XXII
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Newen encendido y devuelto,
quemado en sutileza y bemoles.
El vacío tuvo su primer exilio,
los Grises lo lamentaron en el mañana.
Su heraldo aún no llegaría al mapa de
la tierra florida.
Cuatro segundos glaciares susurraron
tormentos,
pero el kimün ya fluía entre los cuerpos
del Wenumapu.
Rayo hexagonal de ternura,
que navegó el imperio de lo vano.
En el salto místico del agua se embebieron
algunas gotas:
Karü, del astro verde;
Kelü, del rojo cosmos;
Mewlen, del guardián viento;
Yepün, del noble cielo;
Mankial, del erudito vuelo.
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De Conjuros: El pulso del agua (Áurea Ediciones, 2024)
