«Si tienes una montaña de nieve, mantenla a la sombra», en una muestra de Tito Balestra

Traduce y escribe | Yuleisy Cruz Lezcano


Tito Balestra

El poeta italiano Tito Balestra.

 

Tito Balestra (Longiano, Emilia-Romaña,  1923–Ibídem, 1976) fue un poeta y coleccionista de obras de arte italiano. Estudió en la Facultad de Idiomas de la Universidad de Venecia y en la Escuela de Magisterio de Urbino, formaciones que abandonó en ambos casos. Entre 1941 y 1946 participó en la lucha «partigiana», obteniendo el «Certificado Patriota». En los mismos años comenzó a colaborar con algunos periódicos y revistas como il Resto del Carlino, Corriere Padano, Corriere Cesenate, il Trebbo y La Piê.

Balestra era un poeta que no tenía prisa por hablar, el pintor y político Renato Guttuso (1911-1987), quién lo conoció en persona lo recordaba así: «Nos encontrábamos con Tito, por la noche, en la ‘Vetrina’ de Chiurazzi. La cabeza echada hacia atrás, los párpados pesados, el último trozo de tabaco en la boca y su silencio en las conversaciones. Hablaba rara vez pero siempre de manera concluyente. Como un mago, de vez en cuando hacía aparecer de entre los pliegues de su ropa una estampa de Goya o de Daumier, o un epigrama. Era un hombre culto y misterioso, un amigo seguro con el que se podía contar, desinteresado e intransigente».

Un acontecimiento central en su biografía es su traslado a Roma en 1946, donde el poeta Attilio Bertolucci pensaba que vivía «no como un nostálgico sino como un provinciano sufriente». Paralelamente a su amor por el arte, Balestra siguió cultivando la pasión por la poesía y la escritura, que de vez en cuando se revela a través de la colaboración con periódicos como Il Mondo, Il Tempo Presente, L’Avanti, L’Italia Socialista, Il Caffè, Botteghe Oscure y, posteriormente, con la publicación de algunas colecciones poéticas.

Su primera obra poética que se publicó fue Si tienes una montaña de nieve, mantenla a la sombra (L’Arco Edizioni, 1974) —titulada Se hai una montagna di neve tienila all’ombra en su lengua original—, la cual  fue reeditada en una edición ampliada y póstuma, en 1979 por Garzanti. Más adelante publicó Quiproquo (Garzanti, 1974), Le gambe del serpente (L’Arco Edizioni, 1975) y Oggetto: la via Emilia (L’Arco Edizioni, 1976).

«Balestra es un poeta —como escribió Alfonso Gatto (1909- 1976)— que no tiene prisa por imprimir, es un poeta que sólo sus amigos saben que escribe. Escribe poemas, epigramas, sátiras y da a todos confianza, sobre todo con su comportamiento humano, las cosas que elige, con su buen humor, con su mal humor, con el gusto por la vida que siempre nos comunica» (…) «La poesía de Balestra no termina con el ejemplo satírico, con el ejemplo dramático. La poesía de Balestra, además de ser esto, es también la cultura que poéticamente tiene de sí misma, es una poesía que en su aparente inmediatez popular es muy culta, nutrida de buena sangre y jugos antiguos». Mientras que Attilio Bertolucci afirmó sobre la obra de su compatriota: «casi nunca tiene profundidad de color, es en blanco y negro, sin manchas, como el gráfico Maccari. (…) Tito Balestra no es un poeta nuevo, es un poeta diferente que no busca la diversidad, la encuentra en sí mismo». 

Balestra fue un poeta de sátiras y aforismos, con el toque y la escritura de un gran poeta, sobre todo cuando dejaba correr en su pluma la melancolía por el tiempo pasado y futuro. El libro Se hai una montagna di neve tienila all’ombra (1974), el cual es ya un aforismo poético evocativo, en el que el poeta domina sus propias imágenes ilógicas, traza su visión del arte de vivir, entre un equilibrio inestable, debido a los golpes de la vida y a una cierta insatisfacción que lo empujó a buscar los aspectos más sorprendentes y preciosos escondidos en los pliegues de la existencia. En sus pensamientos se recoge el mensaje de como «un hombre pueda ser feliz, con solo leer libros y dedicarse a la reflexión/contemplación con una copa de vino», es así que muestra la habilidad con la que, a pesar de todo, mantiene el equilibrio. En los versos del poeta se puede observar como ama las cosas sencillas, como sabe darle valor a cada momento de la vida. Sin embargo, su escritura parece surcada de venas que nutren la melancolía, lo que también revela aburrimiento.

Es así que Tito Balestra, no es solo un poeta, es un esteta que sabe dibujar la parte más profunda de su alma, es capaz, con muy pocos rasgos, lábiles y débiles, pero vigorosamente repetidos, de ilustrar su dictado interior, de retener en la exploración de los recuerdos paisajes, aunque sean de desvanecimiento.  Su poética sabe dibujar espléndidamente retratos sin nada, con pocos atributos, con pocas aliteraciones que sirven de vínculo con hechos que llevan a un momento sin tiempo y así crear su autorretrato.

Balestra escribe poemas como si estuviera mirando a través de una lupa, lo que hace que los objetos extraños que observa se acerquen a él. En particular, cabe señalar que los adjetivos calificativos, aunque pocos, suelen presentarse de dos en dos: «claro y distraído», «largo y astuto», «vidente y muy curioso», todos ellos referidos a los ojos, o «caliente y cocido», «ocupados y tontos» y sirven para aclarar el aspecto psicológico de las personas, que no se presentan nunca en el mismo modo y reúnen en los comportamientos tractos de ambivalencia.

Los pasos del pensamiento de Tito Balestra se reconocen en la metáfora que se hace mediadora de la imagen, vista como centro y germen de toda realidad que presenta dualismos de posibilidades. La poesía tiene, sí, una finalidad en sí misma, pero su finalidad lo abarca todo. Es así como, a causa de la validez intrínseca de sus creaciones y hallazgos, el poeta intentó conjurar la ausencia de finalidad. Los versos del poeta rompen con todo casualismo, irrumpen como una inexplicable explosión de anunciación, donde la metáfora sencilla va hacia la imagen que se vuelve el centro de las posibilidades.

Los poemas en italiano que compartimos a continuación pertenecen al libro Si tienes una montaña de nieve, mantenla a la sombra (1974), en su edición cinco años posterior, mientras que su traducción reciente al español estuvo a cargo de Yuleisy Cruz Lezcano.


In una città di signore / En una ciudad de damas

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In una città di signore
di servi cerimoniosi,
fare e disfare dà pace
e sensazione di esistere.

Abbaia un cane e la radio,
la luce di giugno ci affoga
una carcassa di latta
segue un’altra carcassa.

La vita sembra una fune
sempre disposta a strozzarti,
guardati intorno e vedrai
gente che inciampa e saluta.
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De Se hai una montagna di neve tienila all’ombra (Garzanti, 1979)

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En una ciudad de damas
de sirvientes ceremoniosos,
hacer y deshacer da paz
y la sensación de existir.

Un perro ladra y la radio,
la luz de junio nos ahoga
un carcasa de estaño
sigue otro cadáver.

La vida parece una cuerda
siempre dispuesta a estrangularte,
mira a tu alrededor y verás
gente tropezando y saludando.
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Una voragine il tempo / El tiempo una vorágine

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Una voragine il tempo
e camminiamo sull’orlo
a passo di ballo, distratti
da cento pensieri meschini.
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De Se hai una montagna di neve tienila all’ombra (Garzanti, 1979)
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El tiempo una vorágine
y caminamos al borde
bailando, distraídos
de cien pensamientos mezquinos.
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Amore puoi anche ridere / Amor, puedes también reír

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Amore puoi anche ridere
si ride spesso di niente
un tale che conoscevo
rideva per dimagrire.

E si gonfiò per anni
di abbondanti risate
ogni giorno
con le lacrime agli occhi.
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De Se hai una montagna di neve tienila all’ombra (Garzanti, 1979)

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Amor, puedes también reír.
muchas veces nos reímos por nada
alguien que conocía
se reía para bajar de peso.

Y se hinchó durante años
de risas abundantes
pesándose cada día
con las lágrimas en los ojos.
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Come un albero saggio / Como un árbol sabio

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Come un albero saggio
che non muore e non vive
sei d’ingombro a chiunque
la tua ombra non piace.

Delicati di bocca
grossi bruchi ti spolpano,
è un piacere da saggi
il sentirsi mangiato.
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De Se hai una montagna di neve tienila all’ombra (Garzanti, 1979)

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Como un árbol sabio
que ni muere ni vive
eres un estorbo para cualquiera
tu sombra no le gusta a nadie.

Delicadas en boca
grandes orugas te descarnan,
es el placer de los sabios
sentirse devorado.
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Il tuo universo è un occhio / Tu universo es un ojo

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Il tuo universo è un occhio
presbite e curiosissimo
stare fermo non può
a meno che non dorma.
E la tua vita brucia
maliziosa negli occhi
mentre il mondo consuma
anni e maledizioni.
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De Se hai una montagna di neve tienila all’ombra (Garzanti, 1979)
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Tu universo es un ojo
hipermétrope y muy curioso
no puede quedarse quieto
a menos que esté dormido.
Y tu vida arde
maliciosa en los ojos
mientras el mundo consume
años y maldiciones.
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Guardavamo la neve nel cortile / Mirábamos la nieve en el patio

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Guardavamo la neve nel cortile
i pagliai incrostati di ghiaccioli
un passero a beccare il poco o il niente
di un davanzale spoglio
mentre mani tastavano gelose
trappole arrugginite, vecchi guanti
rimasugli di vischio.
Era neve fuliggine, la vita ai primi passi…
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De Se hai una montagna di neve tienila all’ombra (Garzanti, 1979)
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Mirábamos la nieve en el patio.
los pajares incrustados de carámbanos
un gorrión picoteando el poco o la nada
de un alféizar desnudo
mientras unas manos celosas sentían
trampas oxidadas, guantes viejos
restos de muérdago.
Era nieve y hollín, la vida en sus primeros pasos…
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Anna, ho comprato un pezzo di terra / Anna, compré un terreno

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Anna, ho comprato un pezzo di terra,
ho un cavallo, una frusta e sollevo la polvere
e chiamo il vicino e gli tocco la spalla.
Oppure un altro, un sogno più piccolo,
io e te insieme abitiamo una stanza
e abbiamo vetri contro il vento e la pioggia
e un cuscino un pò grande che basta per due,
guardami in faccia ho gli occhi castani.
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De Se hai una montagna di neve tienila all’ombra (Garzanti, 1979)
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Anna, compré un terreno,
tengo un caballo, un látigo y levanto polvo
y llamo al vecino y le toco el hombro.
O tal vez otro, un sueño más pequeño,
Tú y yo juntos vivimos en una habitación
y tenemos cristales contra el viento y la lluvia
y una almohada un poco grande que basta para dos,
mira mi cara tengo los ojos marrones.
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Il prossimo, cioè chi passa / El siguiente, es decir, el que pasa

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Il prossimo, cioè chi passa
bello brutto, quel tale
che i piedi piatti e un cane
che abbaia come una vecchia

un tram che carica e scarica
quintali di teste e di gambe
-dare un soldo per ogni pensiero
sarebbe aprire una banca-

un naso che fiuta affari
e si lagna da un raffreddore
-la fortuna è stitica – brontola
un lunatico bevitore

un occhio che sembra aprirsi
sui glutei di un manifesto
e oltraggiato discende e trova
piedi che appena lo reggono

mentre a detta delle statistiche
l’aria che respiriamo
ci accorcia la vita e il senno
anche quando ridiamo.
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De Se hai una montagna di neve tienila all’ombra (Garzanti, 1979)

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El siguiente, es decir, el que pasa.
hermoso feo, ese tipo
que tiene los pies planos y un perro
que ladra como una vieja

un tranvía que carga y descarga
toneladas de cabezas y piernas
-dar un centavo por cada pensamiento
sería abrir un banco-

una nariz que huele negocios
y se queja por un resfriado
-la suerte esta estreñida – refunfuña
un bebedor lunático

un ojo que parece abrirse
en las nalgas de un cartel
e indignado desciende y encuentra
pies que apenas pueden sostenerlo

mientras que según las estadísticas
el aire que respiramos
acorta nuestras vidas y nuestra inteligencia
incluso cuando reímos.
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Parliamo lingue diverse / Hablamos diferentes idiomas

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Parliamo lingue diverse
usando la stessa lingua,
tu col furore del mistico
io tutto dubbi e prudenza.
E a volte ci sembra logico
fare un po’ di teatro,
tu suonando grancasse
io con gli orecchi tappati.
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De Se hai una montagna di neve tienila all’ombra (Garzanti, 1979)
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Hablamos diferentes idiomas.
usando el mismo idioma,
tu con la furia del místico
yo lleno de dudas y prudencia.
Y a veces nos parece lógico
hacer un poco de teatro,
tú tocando el bombo
yo con los oídos tapados.
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