Fuego cruzado (XVII Premio de Poesía Joven Antonio Carvajal)
Escribe| David Marroquí Newell
Editorial: Ediciones Hiperión
Nº de páginas: 75
ISBN: 978-84-9002-044-9
Ediciones Hiperión se ha encargado de escoger durante dieciocho certámenes a los mejores autores jóvenes del panorama. Sin contar el Premio Nacional de Poesía Joven, que no se obtiene mediante certamen, dentro de este ámbito es el Premio de Poesía Joven «Antonio Carvajal» uno de los más prestigiosos para los jóvenes poetas. La primera edición se realizó en 1998, siendo Andrés Neuman el ganador con su Métodos de la noche. También aquí, en Aullido, hemos publicado algunos poemas de David Rey Fernández, que ganó la duodécima edición en 2009 con Las alas de una alondra madrugando, y dado nuestro interés por la poesía joven, no podía dejar escapar la oportunidad (incluso más bien el deber) ahora que el libro ha caído en mis manos de reseñar Fuego cruzado, poemario de Xaime Martínez, ganador en 2014 de la decimoséptima edición.
Lo primero que quería destacar de Xaime Martínez en Fuego cruzado es el sentido del ritmo. Esto es, en mi opinión, la primera cualidad que tiene que tener cualquier poeta que se precie de serlo, ya que el ritmo es lo que define al verso. Xaime Martínez lo ha trabajado muy bien a lo largo de esta obra, demostrando tener un gran sentido del ritmo y dotando a sus poemas de cadencia y sonoridad. Lo segundo a destacar es la temática de los poemas y la distribución. Fue esto lo que me llamó más la atención de la obra. Buscaba una poesía que combinase elementos mitológicos e históricos con elementos actuales de la cultura popular. Aunque en un primer momento fui reticente debido a que ya había leído a autores jóvenes que introducían estos elementos populares o de la cotidianidad con un efecto que no me resultó poéticamente armonioso, en el caso de esta obra me pareció efectivo. No son técnicas y estilos ni mucho menos recién creados, los novísimos —que es evidente que han sido una importante influencia para el autor— ya utilizaban estos recursos, pero creo que el gran acierto del poemario es transformar estos elementos y personajes de la cultura popular en mitología propia. La segunda parte del poemario, de hecho, está dedicada al personaje de Bruce Wayne y su identidad secreta, Batman, y a crear la propia ciudad de Gotham y al personaje como si fueran parte de la mitología de una cultura. Teniendo en cuenta que era el poeta y la propia literatura la que creaba el imaginario colectivo y la historia en las eras anteriores y que ahora este imaginario es compartido con el cine, diríamos más, es creado y transmitido por éste en mayor medida que por la literatura —hay que reconocerlo—, la idea de que en esta obra el poeta creara una leyenda en torno a Gotham y el Caballero Oscuro, que se convirtiera de nuevo en un bardo clásico, fue uno de los alicientes para leer este libro.
Fuego cruzado se divide en tres partes. Las dos primeras hacen referencia a la luz y a la oscuridad. «Dedos de luz» es la primera parte del poemario, aunque hay un poema que precede a esta parte y es el que abre el libro, «El cuchillo», soneto de muy bella factura y que demuestra ya desde el comienzo el trabajo y el conocimiento que Xaime Martínez tiene del verso. Es una muy buena apertura para la obra. Esta primera parte es la que sobre todo demuestra los diferentes registros que conoce este joven poeta. Como bien he dicho antes, destaco mucho el trabajo del verso, porque el poeta debe trabajar la palabra y moldearla hasta dar fluidez y ritmo al poema, y aquí el poeta ha trabajado para exigir al poema complejidad combinada de sencillez para la comprensión de los lectores. Durante el poemario demuestra una gran cultura poética y un importante bagaje de lecturas que apreciamos por diversos homenajes como pueden ser «Take this waltz» o «El padre». De la misma forma que no olvida a poetas precedentes y demuestra la calidad de sus lecturas, utiliza la actualidad y el legado cultural de finales del siglo XX y XXI, como en «El anillo», donde utiliza claras referencias al Señor de los anillos o «La espía que me amó», poema cuyo título nos lleva sólo con el nombre al imaginario 007. «Predicciones» es un claro ejemplo de poema que combina en la poesía las referencias cultas, como la Ofelia de John Waterhouse con el imaginario popular de Star Wars.
La segunda parte de Fuego cruzado es «El lado oscuro», comienza con una introducción que nos pone en contexto. Esta parte está dedicada al Caballero Oscuro, Batman. Esta introducción nos cuenta una historia de Gotham claramente mezclada con la española. Es una especie de prólogo a los poemas que vamos a leer usando la técnica del manuscrito encontrado, como si el poeta nos mostrase unos poemas que no son realmente suyos, sino que han sido hallados y él simplemente escribe un prólogo con la historia de una Gotham legendaria en un tiempo anterior, que contaba con un guerrero salvador, un héroe que nos recuerda a los de la antigüedad, merecedor de los cantos de un bardo. No he podido evitar ver un atisbo a Borges, —también por sugestión, ya que no es el único en usarla pero es nombrado en la obra— quien utilizó esta misma técnica en «El inmortal» (El Aleph).
Armas canto y al héroe que de Gotham
se yergue salvador en la penumbra
Como vemos, el tono de «El lado oscuro» es épico —el comienzo emulando a Virgilio al comienzo de la Eneida dicta la pauta—, y si ya utilizaba este registro en la primera parte del libro en algunos poemas, los que componen esta segunda parte van a ser todos de este cariz. Estos ocho poemas, aparte de tener el atractivo de su temática y el registro épico, dan un carácter narrativo a la obra, con un comienzo y un desenlace del héroe Bruce Wayne.
Para terminar nos encontramos con la tercera parte, que consta de un sólo poema, «La búsqueda». Personalmente es un poema que me parece el más apropiado de todos ellos para cerrar la obra. Continua con el cariz épico y narrativo de la parte anterior, pero termina con algo muy importante para un poeta joven, que es el comprender que esto de la poesía, que el juego del verso y de la creación, es una continua búsqueda, y que en eso consiste la palabra poética: una búsqueda eterna.
Fuego cruzado es la segunda obra en verso de Xaime Martínez. He de reconocer que solo conocía esta —no en vano sirve el ganar este tipo de certámenes— por lo que espero poder tener el placer de leer pronto la primera, El tango de Penélope.